La historia del héroe bíblico es para el obispo un ejemplo de virtudes a imitar y errores a evitar
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| Discernir los sentimientos, escuchar los consejos de los seres queridos o conocer las estrategias del demonio son solo algunos de ellos. |
¿Es posible que la aparentemente descarriada historia del que
sería un héroe bíblico, Sansón,
esconda las claves para lograr una vida feliz en pleno siglo XXI? Para José Ignacio Munilla, obispo
de la diócesis de Orihuela-Alicante, es tan cierto que fue el eje de una de sus
catequesis impartidas ante 170 jóvenes en el campamento de verano de La Rua
durante la primera mitad de este mes de agosto.
La catequesis, publicada por el mismo Munilla en su canal de YouTube, comenzó
introduciendo a Manoa y su mujer, una familia del pueblo israelita que por
entonces se encontraba sometido a los filisteos. El matrimonio, incapaz de
encontrar un hijo, recibió la visita de un ángel anunciando que tendrían un hijo que salvaría al pueblo de
Israel: Sansón sería consagrado a Dios y como signo, nunca podría
cortarse el pelo.
Siguiendo la historia escrita en el Libro de los Jueces, Munilla relata
cómo Sansón, desoyendo toda lógica, se casó con una filistea y no con una
israelita. "Fue un verdadero desastre", comenta el obispo, y desde
entonces, se alejó por completo del "plan de
Dios" desoyendo a sus padres, a su vocación y a su propia capacidad de
discernimiento. Derrotado y traicionado, se purificó en prisión por sus
errores y Dios obró el milagro de la salvación de su pueblo a través de un Sansón
renovado y purificado.
Esta historia, que podría ser lejana para el mundo actual, es de
hecho para Munilla "la de todos nosotros" y reúne en ella las claves
-con "errores a evitar" y "virtudes a imitar"- que frente a
un mundo "romántico" pero lleno de "heridas y dolor" pueden
ayudar a vivir felizmente el amor, la virtud y la castidad desde la vocación de
cada persona.
1º No estamos a salvo de
nosotros mismos… y podría pasarle a cualquiera
Una de las primeras claves de Munilla es que la de Sansón no es
otra historia que la de una persona cuyo corazón "sigue las tentaciones de
la carne en lugar de discernir y cuál era la mujer que le iba a hacer santo. Se
junta con una prostituta, casi le matan, se enamora de Dalila, le traiciona, le
arrestan, perdió su fuerza… ¿Cuál fue su punto débil?", planteó Munilla.
"En vez de amar y pensar cuál era la mujer que Dios había
pensado para él y que fuese santo, fue débil al sentirse atraído por muchas
mujeres y fácilmente se autoengañaba, yéndose con cualquier mujer sin haber discernido si ese
era el camino para llegar a Dios", respondió.
2º "El amor no solo
tiene que ser sincero, sino verdadero"
Este hecho, que para Munilla es "digno de meditación para
todos", refleja un drama que hoy se sucede a gran escala y precisa de una
solución. "Hoy vivimos una cultura de tipo romántico en la que al primer impulso del corazón se
le da toda credibilidad, no se discute y se dice que para ser sincero hay
que seguir sus impulsos", expone el obispo. Las consecuencias están a la
orden del día, y como muestra cita que de entre los múltiples divorcios que se
dan actualmente, el 65% de los que se casan por segunda vez se divorcian de
nuevo y más del 70% siguen el mismo camino al casarse por tercera vez.
Para Munilla, estos datos son una muestra de que "hoy se
sufre mucho porque no
hemos aprendido a amar" y el primer paso para hacerlo es "el
discernimiento".
"¿Qué le faltaba a Sansón? Discernir con la cabeza. Algunos piensan que el amor es cosa
de sentimientos, pero Dios no solo ha dado un corazón, también una cabeza que
permite sopesar los pros y los contras. Hoy se dice que hay que ser sincero con
los sentimientos, pero también
debo ver si estos son verdaderos.
Sin embargo, menciona que los sentimientos "no son
sagrados", sino que de hecho "están mezclados con las heridas del pecado y la concupiscencia y
tienen que ser purificados y sometidos a un discernimiento de si eso que siento
es o no es de Dios" a través de, por ejemplo, preguntas: "¿Esto me va
a hacer bien? ¿Me va a acercar a Dios? ¿Qué es lo previsible, que esta persona
me ayude a ser más santa o lo contrario?".
3º "¿Los que me quieren,
qué me aconsejan?"
El obispo reitera como Sansón desoyó el consejo de sus padres para
casarse con una israelita y siguió sus sentimientos ciegamente y sin
discernirlos.
"Cuando uno se enamora, suele estar ciego y para discernir es bueno fiarse de los que te
quieren. Es importante que nos abramos al consejo de nuestros padres, de nuestros sacerdotes y catequistas y de
nuestros amigos que nos ayudan a ser mejores, pues la verdadera
amistad tira de nosotros hacia arriba", explica. Por ello, recuerda que es
importante valorar "si una relación va a alejar de nosotros a las personas
que nos ayudan a crecer y conocer a Dios y si nos aísla. Eso no es una vocación
de amor y no viene de Dios".
4º Para que haya confianza es necesario aprender
a amar
Munilla alerta de que hoy no es raro ver parejas y matrimonios que
no están seguros de que no se vayan a dar infidelidades o traiciones entre
ellos. Y la historia de Sansón no era una excepción, porque "no había
aprendido a amar. No buscaba a la más buena sino a la más guapa, es un drama
que se repite y muchos sufren por ello. Por eso necesitamos criterios para
aprender a amar, descubrir
dónde están nuestras heridas, saber a amarlas y no dejarnos manipular por
la verdadera atracción".
5º Nunca es tarde para pedir
perdón y darse cuenta
Cuando a apresaron a Sansón después de su traición, le humillaron,
le sacaron los ojos y le quitaron su fuerza. Un tiempo, explica, que
seguramente "vivió como una purificación, pediría perdón a Dios por ser
tan carnal, tonto y sin discernimiento y no haberle hecho caso a sus padres. Y
ahí, estando ciego con el
cuerpo fue iluminado por Dios y comenzó a ver con el alma, a descubrir
las heridas de las que se valió el demonio para alejarle de su vocación".
Entonces, "Dios recalculó la historia". "En prisión
le había crecido el pelo y cuando le sacaron para reírse de él, derrumbó el
templo y murieron todos los filisteos con él, aplastados por las piedras. Sus
últimas palabras fueron `Muera yo con los filisteos´", a modo de ofrenda
de vida en salvación de Israel.
"Entre nosotros también hay quienes han cometido errores y es
bueno saber que Dios quiere reconducir nuestra historia hacia la salvación. Dios te reconducirá si te dejas
purificar hasta hacerte, como a Sansón, instrumento de salvación para
el mundo", instruye el obispo.
6º El demonio es previsible…
pero hay que conocerle
Añade un último consejo: "Tras 2000 años, las formas de
tentar son previsibles, no es original, y si sabéis que podréis enamoraros de
personas que no os convienen, tendremos que tenerlo en cuenta. Algo que ya conocéis,
porque le pasó a Sansón. Lo
que no puede ser es que no aprendamos del mal ajeno, también de los
errores y virtudes de los santos. Y los pecados de Sansón son hoy una lección
para nosotros".
Tres afirmaciones para
comprender el sentido de la sexualidad
Para Munilla, el ejemplo de Sansón es el de una persona que vivió
desnortada por las heridas y el desorden afectivo. Y para sanar esas heridas y
desórdenes, también presentes en el día de hoy, "es necesario comprender
el sentido de la sexualidad tal cual la creó Dios en la vocación al amor".
7º Enamorarse de cómo Dios
nos ha creado
El obispo denuncia que hoy predomina una crisis de identidad en la
que "no se descubre nuestra identidad, la masculinidad o la feminidad, y
si se descubre, se hace en base a categorías patéticas de luchas de poder o
empoderamientos. El sexo no se tiene, se es, y es importante descubrir esa
dimensión, que nos identifiquemos y que crezcamos con ella. Y en la medida en
que tengamos heridas que lo pongan en cuestión, deben ser sanadas. Dios nos ha dado una identidad, y
la sexualidad tiene el sentido de recibir esa identidad".
8º La sexualidad, "una
entrega total y completa"
También es importante comprender el significado de la sexualidad,
que no es otro que "decirse
con el cuerpo que soy totalmente del otro y para siempre, y por eso solo
tiene sentido como una expresión de entrega matrimonial, completa y
total".
Por ello, no solo afecta a los matrimonios sino también a los
célibes, ya que estos también "dicen con su cuerpo y la renuncia a la
sexualidad que su corazón es de Jesucristo para siempre. Es importante
discernir como tengo que dar la vida y cuando lo discierna, expresar con el
cuerpo dando toda la vida en un amor sin retorno a través de la sexualidad o
renunciando a ella por la consagración a Dios".
9º El hombre, colaborador de
Dios con la creación
El noveno consejo y tercer aspecto para comprender el sentido de
la sexualidad es asumirla como la "colaboración con Dios en la
creación": "La sexualidad es la forma en que Dios ha querido que venga la vida, la forma
en que puede crearla y entregarla y hacernos a nosotros colaboradores suyos.
Por eso la relación sexual está abierta a la vida y pecamos gravemente al
cerrarnos a esa transmisión y recurrir a la anticoncepción".
J. M. C.
Fuente: ReL






