El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha instado a las familias y profesores a defender la asignatura de Religión al no respetarse como se debe en colegios de toda España
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| Cardenal Antonio Cañizares. Dominio público |
Durante
la homilía, escuchada por más
de un millar de docentes, expresó que "en la cultura de la muerte en
la que nos vemos inmersos y rodeados actualmente, los colegios diocesanos
transmiten vida, palabra de vida, y con eso mismo transmiten alegría, gozo y
esperanza".
El
cardenal Cañizares ha recordado que “Jesucristo es la gran esperanza que los
hombres necesitan" y los maestros católicos son los elegidos para "transmitir y ofrecer su amor y
alegría”, con la ayuda de la Virgen María, “que lleva en sus brazos
misericordiosos y a sus pies a dos pequeños desamparados, necesitados de ternura,
como vosotros tenéis en vuestra obra educativa a niños necesitados de cariño, y
a quienes les ofrecéis un gran amor sin regatear ningún esfuerzo”.
Así, "Jesús es la única respuesta a nuestro
desamparo, soledad e indigencia, la única medicina para el
desconcierto, el desasosiego, desánimo o desencanto que muchas veces paraliza,
bloquea o hiere de miseria".
El
cardenal animó a todos los colegios diocesanos, profesores, directivos y todo
el equipo: "No podemos callar ante este mundo que ignora y olvida lo que
tanto necesita. Seguiremos
adelante. ¡No nos callarán!", concluyó enérgico.
En defensa de la educación católica
En
una de sus últimas cartas semanales, el cardenal de
Valencia emitió una firme
defensa de la educación católica ante las intromisiones ideológicas.
No solo como "un deber y derecho de los padres", sino especialmente
como garante de inculcar en los alumnos "el sentido de la vida plena, el
sentido moral y religioso".
Comenzó
transmitiendo a los padres que se disponen a matricular a sus hijos en los
colegios la "importancia" de su decisión.
"No
se puede trivializar. Es un aspecto fundamental en la formación integral de la persona y un
elemento imprescindible en el ejercicio del derecho de libertad
religiosa", afirmó.
También
se dirigió a los políticos que "esgrimiendo la Constitución para otros
temas, se muestran ambiguos en esta cuestión" y que "son contrarios a
la enseñanza religiosa".
"Una
vez más, lo repito, la enseñanza religiosa y moral está en la escuela en virtud
de la Constitución misma que garantiza unos derechos fundamentales, incluido el
de la libertad religiosa y el de la libertad de enseñanza, y el derecho a una
educación integral", subrayó.
A
lo largo del texto, Cañizares abogó por la permanencia de la enseñanza de
Religión esgrimiendo su "sintonía" con la Constitución y con la
"educación integral" recogida en ella, ya que "a esta
corresponde la educación
en el sentido de la vida plena, el sentido moral y religioso".
El
cardenal se mostró partidario de "incidir" en que "los padres son quienes tienen el
derecho de educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones y
creencias".
"La
enseñanza de la Religión en la escuela no es un privilegio de la Iglesia
Católica. Cuando el Estado garantiza la enseñanza de la religión y moral en la
escuela cumple sencillamente con su deber; y fallaría en ese mismo deber para
con los ciudadanos si no propiciase el libre y pleno ejercicio de este derecho
o no posibilitase de manera suficiente su adecuado desarrollo", expresó.
En
este sentido, también recordó que "la libertad de enseñanza o la capacidad de elegir un
determinado tipo de enseñanza no se agota en la libertad de elección de
centro" y denunció que "no
en todas partes ni en todas las Comunidades Autónomas" se respeta como
se debe.
La enseñanza confesional, un bien a
defender
Sin
embargo, advierte de que no toda la responsabilidad recae en los políticos o el
Estado: "Los padres y los
alumnos han de defender y reclamar este derecho. Inhibirse o no reclamar
todo lo legítimamente exigible en este terreno vale tanto como dejar libre el
camino al recorte de otras libertades y a la desmoralización de la
sociedad".
Asimismo,
incidió en que la
educación religiosa "ha de ser confesional", frente a la
afirmación de que esta "es algo atávico y una rémora para la modernización
de la sociedad libre, autónoma y laica que la Iglesia trata de mantener como
privilegio".
Estos,
añade, "intentan imponer un tipo de enseñanza en la que la religión y la
moral confesional no cuente, desaparezca o se debilite".
También
advirtió para "no caer en la trampa" de considerar la enseñanza
religiosa como "un asunto privado o de la Iglesia". De hecho, expresa
que en ella "está en
juego la persona y la sociedad".
Por
ello, concluyó animando a mostrar
"un apoyo social mayor y más efectivo" a la enseñanza de Religión,
"por la importancia que tiene para aprender a ser hombre y a realizarse
como persona con sentido, libre y verdadera": "Lo que se haga [en
torno a la Religión en las escuelas] contribuirá al rearme moral de nuestra sociedad y la
humanización de la misma. ¡Padres, reclamad y exigir la enseñanza religiosa y
moral católica confesional para vuestros hijos!".
José María Carrera
Fuente: ReL






