El Papa Francisco hizo un llamado a las decenas de miles de católicos reunidos en el 27° Congreso Eucarístico en la ciudad italiana de Matera para “redescubrir” la adoración Eucarística
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| Aciprensa |
“Desde esta ciudad de Matera, ‘ciudad del pan’, quisiera
decirles: volvamos
a Jesús, volvamos a la Eucaristía. Volvamos al gusto del pan,
porque mientras estamos hambrientos de amor y de esperanza, o estamos
quebrantados por las fatigas y sufrimientos de la vida, Jesús se convierte en
alimento que nos alimenta y nos sana”, dijo el Papa Francisco en su homilía del
25 de septiembre.
Matera, una de las ciudades habitadas continuamente más antiguas
del mundo, acogió a unos 12 mil fieles en el estadio municipal, más de 80
obispos y cientos de delegados de toda Italia.
El Papa Francisco viajó desde Roma a la ciudad del sur de
Italia para ofrecer la Misa de clausura del Congreso Eucarístico, el cual se
llevó a cabo del 23 al 25 de septiembre.
En su homilía, el Papa también instó a volver “al gusto del pan para ser
Iglesia eucarística, que pone a Jesús en el centro y se convierte en pan de
ternura, pan de misericordia para todos”.
“Una Iglesia que sabe inclinarse con compasión y ternura ante las
heridas de los que sufren, socorriendo a los pobres, secando las lágrimas de
los que sufren, haciéndose pan de esperanza y de alegría para todos”, continuó.
También pidió volver “al sabor del pan para recordar que, mientras
se consume nuestra existencia terrena, la Eucaristía anticipa la promesa de la
resurrección y nos guía hacia la vida nueva que vence a la muerte”.
En otro momento, el Papa Francisco dijo que la Eucaristía presenta
a cada persona un desafío: “adorar a Dios y no a nosotros mismos, poniéndolo en
el centro en lugar de la vanidad de uno mismo”.
“Cuando adoramos al Señor Jesús presente en la Eucaristía,
recibimos también una nueva perspectiva de nuestra vida: yo no soy las cosas
que poseo ni los éxitos que puedo alcanzar. El valor de mi vida no depende
de cuánto pueda presumir ni disminuye cuando encuentro fracasos y
contratiempos. Soy un hijo amado, cada uno de nosotros es un hijo
amado. Soy bendecido por Dios. Quiere vestirme de belleza y liberarme
de toda esclavitud”, dijo Francisco.
Y agregó: “Recordemos esto: el que adora a Dios no se hace esclavo
de nadie. Redescubramos la oración de adoración, una oración frecuentemente
olvidada. La adoración… nos libera y nos devuelve nuestra dignidad de
hijos, no de esclavos”.
Los presos en Italia ayudaron a hacer las hostias eucarísticas ofrecidas
durante la comunión en la Misa, como parte de una iniciativa de la asociación
de capellanes de prisiones italianas. El vino que se ofreció en la
comunión se hizo con vides cultivadas por refugiados y migrantes que trabajan
en los viñedos de House of Dignity.
Al término de la Misa, el Papa Francisco rezó el rezo
del Ángelus y recordó que este 25 de septiembre se celebra la 108° Jornada Mundial del Migrante y
del Refugiado, que se celebra anualmente el último domingo de
septiembre.
Luego, el Papa se dirigió al comedor de la Fraternidad que lleva
el nombre de “Don Giovanni Mele”, donde se reunió con el personal y bendijo el
nuevo edificio.
Después de esta visita, el Santo Padre se despidió de las
autoridades que lo habían recibido a su llegada y se dirigió al aeropuerto para
viajar de regreso al Vaticano.
Por Diego López Marina
Fuente: ACI Prensa






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