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@emilce.cuda |
¿Por qué algunos sectores,
incluso católicos, preferirían que el papa Francisco no hablara de economía?
Responde Emilce Cuda, Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina.
La teóloga argentina, madre de dos hijos, casada con un estadounidense, probablemente,
sea la mujer que más conoce el pensamiento social y teológico del 266º Sucesor
de Pedro.
El Papa invitó a jóvenes
católicos economistas, activistas y empresarios de todo el mundo a trabajar
juntos en un «pacto» para darle alma a la economía del mañana. Sin embargo, hay
sectores y poderes que desearían que el Pontífice latinoamericano no hable de
una «economía que mata»; y menos aún que promueva un movimiento juvenil que se
ha dado cita en Asís, con más de mil chicos y chicas involucrados (del 22 al 24
de septiembre) para repensar la economía siguiendo los pasos de San Francisco y
para escuchar el grito de la tierra y de los pobres.
La
iglesia, con todas sus estructuras, está obligada a denunciar el mal que aqueja
a la economía que deshumaniza. «No hablar de economía es ridículo», dice a
Aleteia Emilce Cuda, Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina.
La palabra «economía» procede de esta situación vital formada por dos conceptos
precisos de la lengua griega: oìkos y nomòs, que significan
«casa» y «orden» respectivamente. Es decir, explica Cuda, se trata de «cómo
organizamos la casa».
Emilce Cuda es discípula del
teólogo Juan Carlos Scannone y el filósofo de la política, argentino, Ernesto
Laclau. «No hablar de economía es impensable. A partir del presupuesto de
que cualquier pareja que se casa tiene que empezar a ver cómo va a pagar la
luz, el gas y comer», argumenta. «La supervivencia de cada uno de nosotros, de
cada pareja de novios que se van a casar, depende de que tengan una planificación
económica, sin economía entonces no hay vida», añade.
Y admite que «el mal penetró esa
estructura económica». «La economía es algo bueno. Pero, cuando se usa la
economía para alcanzar un fin totalmente egoísta, termina destruyendo el
planeta, entonces esa economía está atentando contra la vida»; y, por tanto,
sostiene, «es atentar contra la obra de Dios, que es la creación».
«¿Cómo alguien puede decir que el
Papa no debe hablar de economía?»
La teóloga subraya que no
solamente tenemos «el mandato en el Antiguo Testamento de hablar de la obra de
Dios, sino de cuidarla y desarrollarla». «Por lo tanto, si hay una economía que
está atentando contra la obra de Dios,¿a quién se le puede ocurrir que el Santo
Padre, que es el Sumo Pontífice, no cuide de esa obra de Dios?».
Ella señala que tal cuestión es
una «deformación, maligna». Pues, argumentó, «parece que el mal no existe
en ningún lado». Recuerda que «nosotros rezamos en el Padrenuestro, todos
los días: ‘No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal’».
Sin embargo, cuando «llegamos a decir que el mal ha penetrado estas estructuras
económicas para destruir la vida, nos dicen que estamos locos, que somos
medievales».
En este sentido, afirma, el Papa,
y no sólo: todas las estructuras del gobierno en el Vaticano los distintos
discasterios, la curia romana, los teólogos en el mundo, están en la obligación
de denunciar una economía que mata.
«Hay gente atada a un árbol para
que no lo corten. Los pueblos nativos están cuidando la creación.
Entonces, ¿cómo alguien puede decir que el Papa no debe hablar de
economía? Creo que no entienden que cuando el Papa habla de economía, o
cuando cualquiera de nosotros lo hace, estamos cuidando la obra que Dios nos
encargó, que es el mundo y las personas», reitera Cuda, también miembro de la
Pontificia Academia para la Vida (19.05.2022).
«El Papa no es comunista»
«No nos importa si la gente
quiere acumular riquezay no lo hace a expensas de personas o pueblos. Eso no
está mal. El Papa no es un comunista. En Argentina no hay comunismo. Nosotros
no pensamos que los trabajadores y los patronos sean enemigos. Nosotros tenemos
una cultura más nacional y popular donde pensamos que los patrones y los
trabajadores dialogan socialmente y eso se llama ‘convenio colectivo de
trabajo’; entonces, en el Río de la Plata, en el Sur, no pensamos que haya
que destruir al empresario, al contrario».
Cabe señalar que la Pontificia
Comisión para América Latina nace en el año 1958 para controlar la Teología
de la Liberación. Y con el Papa Francisco – explicó Cuda – esta comisión tiene
como misión la de promover el desarrollo humano integral, de acuerdo con la
Encíclica Laudato Si’, el actual Magisterio Pontificio, y la ruta marcada
por Fratelli Tutti.
La experta asegura que en la
biografía del pensamiento social del Papa y en la historia de su país no se
confunde «capitalismo con empresario, dado que son cosas distintas. El
empresario es importante porque es el que toma riesgos, es el que genera
empleo, es el que sufre más que los empleados todas las mañanas para
garantizarles el trabajo».
«La cultura argentina es una
cultura sindical; por consiguiente, es una cultura que entiende que el pacto
social, el convenio colectivo de trabajo, tiene que ver con el respeto»; y «hay
un reconocimiento de interlocutores válidos de un lado y del otro». Lo
dice Cuda, también autora del libro Para leer a Francisco: Teología, ética y política (Ed.
Manantial, Buenos Aires, 2016).
«El Papa pertenece a esa cultura
latinoamericana. Ahora bien, si vamos a entender las palabras del Papa en
términos europeos, bueno, entonces podríamos decir que es comunista. Y si lo
vamos a entender en términos de los años 50, podríamos decir que es fascista.
En realidad, no es ni comunista, ni es fascista. El Papa es
católico».
«El Papa defiende mucho a los
empresarios»
«Ahora, cuando el pacto se rompe,
cuando no hay más trabajo, cuando el empresario vende su empresa y se convierte
en financista, es otra cosa. Porque ahí no solamente no hay trabajo, sino que
no hay diálogo, no hay nada. Y es lo que está pasando en nuestro continente». «Cuando
pensamos en un empresario no tenemos que pensar en las grandes multinacionales.
Latinoamérica está llena de empresarios, empresarios que son importantes para
los trabajadores».
«El empresario es fundamental en
Latinoamérica. Es fundamental porque cuando decimos que el 62% de la población
mundial no tiene trabajo, ahí también están los empresarios. Cuando pensamos en
un trabajador pensamos en el último eslabón de la cadena productiva. El
empresario es un trabajador. El Papa habla muy bien y defiende mucho a los
empresarios».
Cuda recomienda leer el discurso del pontífice en Génova en el 2017 donde el Papa
afirma que «una enfermedad de la economía es la progresiva transformación de
los empresarios en especuladores» y aplaudía a los «muchos verdaderos
empresarios, empresarios honestos que aman a sus trabajadores, que aman a la
empresa, que trabajan junto a ellos para llevar adelante la empresa».
En efecto, Francisco recordó
apenas ayer que «en los últimos quince años el mundo ha atravesado graves y
continuas crisis. No habíamos terminado de afrontar la crisis financiera de
2007 que tuvimos que afrontar la de la deuda soberana, luego la pandemia, y
luego la guerra en Ucrania con consecuencias y amenazas globales» (Audiencia a
la consultora Deloitte Global, 22.09.2022).
Fuente: Aleteia