El P. Gabriele Amorth fue un famoso exorcista de la diócesis de Roma que falleció hace 6 años, un 16 de septiembre de 2016, y que expulsó demonios de muchas personas poseídas, quienes le arrojaban objetos extraños
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P. Gabriele Amorth. Crédito: Facebook oficial del P. Gabriele Amorth |
“La causa más frecuente por la
cual una persona se ve atacada por el demonio es porque ha sido víctima de un
maleficio”, señaló el P. Amorth durante unas declaraciones brindadas en vida
a Goya Producciones.
Al respecto, el exorcista señaló
que hay gente con odio, sed de venganza u otros motivos que solicitan este
daño, por medio del diablo, a un satanista, mago o bruja.
“A veces las personas que lanzan
maleficios usan objetos que, por vía maléfica, introducen dentro de la persona
o dentro de la casa”, detalló.
El P. Amorth dio como ejemplo el
de una persona que no logra dormir y cree haber “recibido algo malo”. Al
revisar la almohada encuentra objetos extraños como mechones de pelo y cuerdas
atadas.
En su experiencia, incluso se dio con el caso en el que se encontró un sapo vivo.
“¿Cómo consiguió entrar dentro?
Por vía maléfica, por vía mágica, mediante un maleficio. O sea, a través de la
acción del diablo”, precisó.
En este sentido, explicó que las
víctimas para liberarse deben deshacerse de los objetos que les han metido en
el estómago de “modo invisible” y vomitan objetos muy extraños.
Dentro de las cosas que el P.
Amorth vio salir de los poseídos por el diablo había una cadena de metal gruesa
y larga, un abre latas, pilas, figuras de plástico, clavos, llaves, entre
otros.
“Yo me he dado cuenta que estos
objetos se materializan en el instante en que salen de la boca. Si uno hubiese
hecho una radiografía del estómago de aquella persona antes del exorcismo, no
habría visto nada”, enfatizó el sacerdote.
¿Cómo defenderse de los
maleficios?
En otro momento, el P. Gabriel
Amorth señala que “la defensa principal es vivir en gracia de Dios”.
“Cuando uno se acerca con
frecuencia a los sacramentos, aunque le hayan lanzado un maleficio, puede que
rebote como el boomerang. O sea que el maleficio recaiga sobre la persona que
lo lanza y no sobre la persona contra quien se dirige, que está acorazada por
la gracia de Dios”.
Asimismo, el exorcista puntualiza
que sería un error gravísimo tener miedo al demonio porque la Biblia nos enseña
que “le resistamos con fuerte fe”. “Con la fe se vence al demonio”, concluyó el
exorcista.
Por Abel Camasca
Fuente: ACI Prensa