La Asamblea General Ordinaria en Roma se desarrollará en dos sesiones en 2023 y en 2024
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| Foto: Vatican Media |
El 10 de octubre de 2021 se abrió
la primera fase del Sínodo sobre la sinodalidad. Con motivo de este
aniversario, el Papa Francisco ha anunciado durante el rezo del ángelus que el
Sínodo se prolongará porque «para que los frutos del proceso sinodal, que son
muchos, alcancen plena maduración, es necesario no tener prisa»: «Con el
objetivo de contar con más tiempo para el discernimiento, he establecido que
esta Asamblea sinodal se desarrollará en dos sesiones: la primera del 4 al 29
de octubre de 2023 y la segunda en octubre del 24. Confío en que esta decisión
pueda favorecer la comprensión de la sinodalidad como dimensión constitutiva de
la Iglesia y ayudar a todos a vivirla en un camino de hermanos y hermanas que
testimonian la alegría del Evangelio».
Tras la consulta en las Iglesias
locales, el Sínodo prosigue su camino inmerso en la etapa continental que
culminará con la celebración de las Asambleas Sinodales Continentales entre
enero y marzo de 2023, y cuyas conclusiones servirán para la cita que tendrá lugar
en octubre de 2023 en Roma y a la que ahora, tras el anuncio de Francisco, se
añadirá otra convocatoria en 2024. En las próximas semanas, la Secretaría
General del Sínodo dará más detalles sobre la celebración de las dos sesiones
de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y el tiempo
intermedio, tal y como ha comunicado este domingo tras las palabras del Papa en
el ángelus.
Reconstituyente del alma
En su catequesis previa al rezo
de la oración mariana, el Santo Padre ha hablado de la oración. Ha subrayado la
importancia de dedicarle un tiempo, aunque sea pequeño, en medio de los
quehaceres diarios. «Muchas veces, nos concentramos sobre muchas cosas urgentes,
pero no necesarias, nos ocupamos y nos preocupamos de muchas realidades
secundarias y quizá, sin darnos cuenta, descuidamos lo que más cuenta y dejamos
que nuestro amor por Dios se enfríe», ha asegurado Francisco que, a
continuación, ha propuesto la oración como remedio, como «reconstituyente del
alma», para que ese amor no se enfríe.
Rezar debe convertirse en un
hábito constante, como lo puede ser tomar una medicina que necesitamos, ha
explicado el Santo Padre. Por eso, aunque no podamos dedicarle mucho tiempo, el
Papa ha recurrido a la sabiduría popular para ofrecernos una solución. Tal y
como hacían nuestras abuelas, la solución pueden ser las jaculatorias,
«oraciones muy breves, fáciles de memorizar, que podemos repetir a menudo
durante el día, durante las diversas actividades, para estar en sintonía con el
Señor». Francisco ha invitado a permanecer así «conectados» al Señor como
hacemos cuando mandamos mensajes breves a nuestros seres queridos a lo largo de
la jornada.
Ángeles Conde Mir
Fuente: Alfa y Omega






