21 - Noviembre. Lunes. Presentación de la Bienaventurada Virgen María
![]() |
Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa pobre
viuda ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los
donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo
lo que tenía para vivir».
Comentario
Dios que ve lo escondido nos
recompensará
En este
evangelio Lucas nos cuenta una anécdota de Jesús en el Templo. La pobre viuda
que echa en el cepillo dos reales. Y Jesús reconoce que es el mayor donativo
que recoge el cepillo, siendo notablemente menos cuantioso, porque otros echan
de lo que les sobra y ella, que pasa necesidad, echa lo que necesita para vivir.
Jesús, con ese hecho que narra el
evangelio de Lucas, nos plantea una serie de interrogantes cruciales para
nuestra vida. No basta con quedarse en “qué admirable era la viuda aquella” o
“qué buena mujer y qué valiente, darlo todo". El evangelio hay que
interiorizarlo, escuchar la palabra que nos es dirigida a cada uno de nosotros
y responderla. Dice Jesús que aquella mujer pasaba necesidad. Jesús percibe la
situación lastimosa de la mujer, sintoniza con ella. Siente que tiene una vida
difícil. No es nuestro caso, en general, pero ¿somos capaces de sintonizar con
los apuros de nuestros prójimos, como lo siente Jesús?
La segunda cuestión que nos
plantea la necesidad de esta viuda reclama nuestro pensamiento en el estilo de
vida, de necesidades y lujos de los que nos rodeamos. La sociedad nos lleva a
una vida de consumos y apariencias, cuando la realidad de tanta pobreza en
nuestro mundo nos obligaría a una vida digna pero austera, una sensibilidad
ecológica y solidaria, comprometida con la igualdad y el respeto por los pobres
y perjudicados del planeta.
Otra tercera cuestión, más
personal y directa, sería el compromiso en la búsqueda de soluciones para los
que pasan necesidad y sufren las diferencias enormes entre los pueblos. Sentir
que Dios nos hace hermanos y nos vincula a todos en esa nueva creación, nos
llama a la Sión definitiva, supone que nuestro estilo de vida en este mundo
debe ser “irreprochable” que dice el Apocalipsis, es decir, vivir en la
misericordia, la dignidad, la libertad y el amor, siendo un canto de salvación
y de paz con nuestros semejantes.
Hagamos del Magnificat nuestro
canto de alabanza y compromiso con la construcción del Reino de Dios.
Fuente: Dominicos