Para muchas personas, Jorja Perea es una "santa de la puerta de al lado", una mujer sencilla que encarnó las virtudes cristianas en grado heroico. Su hijo José María Avendaño acaba de ser nombrado obispo auxiliar de una diócesis en España
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Jorja está en proceso de canonización. Gentileza Obispado |
«No es necesario estudiar mucho para amar de forma excelente a
Dios y a todos los que nos rodean». Son palabras
del sacerdote José María Avendaño, a quien el papa Francisco
ha nombrado hoyobispo auxiliar de Getafe
(España) a los 65 años. Avendaño era hasta ahora vicario
general y para el clero de esta diócesis. Es un hombre muy querido por la
gente.
Se da la circunstancia de que al nuevo obispo le precede una
historia familiar muy unida a Dios: su madre, Jorja Perea, está en proceso de
canonización.
Las palabras
del inicio las escribió su hijo en el libro «La fe es sencilla» sabiendo muy
bien de qué hablaba y de quién hablaba.
Y es que Jorja Perea era ama de casa, de familia sencilla y pocos
estudios, pero que desplegó las virtudes cristianas en
todo su esplendor, vividas como esposa y madre de familia.
Un ejemplo de los «santos de la puerta de al lado», como los ha
llamado el papa Francisco. Esos laicos que han vivido y viven como los primeros
cristianos y que nos hacen palpar la vitalidad de la Iglesia.
Uno puede ser santo en medio del
mundo: en sus quehaceres ordinarios, ya dijo santa Teresa de Jesús que «también entre los pucheros anda el Señor»
(Fundaciones 5, 8).
A Jorja Perea la podemos ver en
fotografías y vídeos de finales del XX y comienzos del XXI. La vemos sonriente,
haciendo tareas del hogar, llevando la vejez con serenidad. Escuchamos
cómo canta un himno a la Eucaristía, «Bendito sea el Santísimo Sacramento del
altar…», muy de la devoción popular.
“Mi madre tenía una vida de entrega a Dios, a la
Iglesia y a los demás, sobre todo a los enfermos y a los necesitados con
quienes compartía todo lo que tenía.”
(José
María Avendaño hablando de su madre)
En este vídeo la vemos compartiendo
momentos de familia con su hijo José María:
Jorja nació en 1928 en un pueblo de La Mancha, y enseguida quedó huérfana de padre y madre. De niña se dedicó a trabajar en el campo. Se casó a los 25 años con Cándido y de su matrimonio nacieron cinco hijos. Uno de ellos es José María Avendaño Perea.
«Habla bien de Dios»
Una de las ideas que marcaron el camino de Jorja fue:
«Habla bien de Dios y haz todo
el bien que puedas».
Lo encarnó en un montón de anécdotas de una vida plena que no
llamaba la atención pero que iluminó a quienes compartieron su vida con
ella. De ahí que ahora se recojan testimonios
para la causa de canonización. El hecho de haber educado a uno
de sus hijos para que pudiera responder con fidelidad a la vocación de
sacerdote y más tarde de obispo, sin duda añade a esta madre un mérito colosal.
El nuevo obispo auxiliar José María
nació el 25 de abril de 1957 en Villanueva de Alcardete (Toledo).
Estudió Magisterio, en la
especialidad de matemáticas, en Toledo (1978) y Logopedia en
la Universidad Complutense de Madrid (1981). Es bachiller en Teología por
la Universidad Pontificia Comillas (1985)
y licenciado
en Teología pastoral práctica por la Pontificia Universidad de Salamanca, en su
sede del Instituto Superior de Pastoral de Madrid (2004). Recibió la ordenación
sacerdotal en la archidiócesis de Madrid el 14 de marzo de
1987.
Jorja falleció en 2015 por una neumonía que le había producido un
infarto cerebral. Al mes, comenzaron a llegar noticias de favor atribuidos a su
intercesión desde el cielo.
El
que era entonces obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés, animó a
don José María Avendaño a mostrar el ejemplo de su madre al mundo y a recoger
los testimonios. Seis años más tarde, en 2021, se abría el proceso de
canonización.
Hoy, sin duda, en la ordenación de obispo auxiliar, la memoria de
su madre habrá estado muy presente.
Dolors Massot
Fuente: Aleteia