14 – Diciembre. Miércoles. San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia
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Evangelio
según san Lucas 7, 19-23
Los envió al Señor diciendo:
«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».
Los hombres se presentaron ante él y le dijeron:
«Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte:
“¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”».
En aquella hora curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Y respondiendo,
les dijo: «Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los
cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos
resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se
escandalice de mí!».
Comentario
Los discípulos
de Juan el Bautista entraron en contacto con Jesús en unas circunstancias
críticas para ellos. Su maestro, después de una predicación que había sacudido
al pueblo de Israel, había sido encarcelado. Podría parecer en ese momento que
su misión había llegado al fracaso.
En esa
situación de desánimo, Juan no se quedó inactivo. Continuó con su misión de
señalar la presencia del Ungido de Dios, pero en esta ocasión de una manera más
sutil. De ahí que pida a sus discípulos que vayan y le pregunten directamente a
Jesús si es en Él en quien deben de poner sus esperanzas: «¿Eres tú el que va a
venir o esperamos a otro?».
El Evangelio
apunta que justo en ese momento el Señor realizó muchas curaciones y prodigios.
Así, aquellos dos tuvieron una experiencia en primera persona de quién es
Cristo y podrían decir que habían visto y oído las
maravillas que obra.
A Jesús no se
le conoce plenamente por referencias de terceros. No basta con leer algo sobre
Él o admirarse ante las bellas palabras que alguien más dice. Conocerlo es
tener un encuentro en primera persona con Él, a través de la oración y de los
sacramentos, especialmente la Eucaristía. Entonces nos damos cuenta de que nos
cambia la vida y de que vale la pena poner en Él nuestras esperanzas.
Rodolfo Valdés
Fuente: Opus
Dei