El arcángel Gabriel anunció el nacimiento de un varón, ¿por qué no de una mujer? Responde el experto en ángeles Fernando Cárdenas
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San
Gabriel Arcángel, al traer el mensaje de la encarnación a la Virgen Maria, le
anuncia que va a dar a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Jesús. Y continúa
diciendo san Gabriel que este hijo «será llamado Hijo del Altísimo» (Lc 1,31-32).
Es algo incontestable que Jesús, en la Sagrada Escritura, se presenta
en forma masculina, es plenamente varón.
Atrás de esto hay una decisión divina, un plan de Dios que
es independiente de cualquier cultura o influencia ambiental de los autores
bíblicos.
San Gabriel al comunicar a la Virgen Maria que se encarnará un
niño, un varón, lo que está haciendo no es otra cosa que la de trasmitir ese
designio divino.
Dios se expresa en el cuerpo humano
Dios se revela haciéndose varón, y
esto ya nos muestra algo muy grande: el cuerpo habla de Dios, el cuerpo humano
es capaz de revelar a Dios.
Y el demonio es tan astuto, tan hábil, que ataca el cuerpo para
destruir la manera cómo Dios se revela.
Por esta razón, los movimientos como la ideología de
género, el transhumanismo o transespecie, el feminismo radical,… no son otra
cosa que un intento de eclipsar este plan de Dios a través del cuerpo del
hombre, de eclipsar la manera que Dios ha escogido para revelarse.
Recordemos que el ser humano es la unión entre el cuerpo material
y el alma espiritual; de la unión de ellos se forma una sola naturaleza que es
la naturaleza humana.
Por esta razón se dice que tanto el cuerpo humano como el alma
espiritual son parte esencial de la naturaleza humana.
Quiere esto decir que no se puede hablar de la existencia de
un cuerpo humano si le llegara a faltar alguno de los dos: tiene que haber
cuerpo material y alma espiritual para que se pueda hablar de ser humano.
El sexo, expresión esencial de una
persona
El sexo forma parte esencial de la
corporalidad humana. Determina si se es varón o mujer.
Y por ello no es una exterioridad
secundaria o insignificante, sino que es una expresión esencial del ser humano.
Por ejemplo los ángeles no tienen sexo porque son de una
naturaleza totalmente espiritual, no tienen el cuerpo material.
Este papel esencial del sexo queda opacado por una mentalidad
funcionalista que quiere hacer del cuerpo un mero
instrumento del cual nos servimos, sin tomar en cuenta el significado que el
sexo conlleva, manipulándolo y presentándolo como algo insignificante y
secundario.
Cuando la realidad nos muestra que hay cosas que solo el hombre
puede hacer por ser hombre, y hay cosas que solo la mujer puede hacer por el
hecho de ser mujer.
Esto no significa disminuir uno de los dos sexos en detrimento de
otro. Significa afirmar que hay una misión específica para cada sexo y
una igualdad basada en la dignidad humana.
La gran dignidad del ser humano
Dios, al crear el cuerpo humano a su
imagen y semejanza, le da a cada persona humana la gran dignidad, idéntica para
ambos sexos, de servir de medio para la automanifestación de Él.
Por ello, Juan Pablo II, en su teología del
cuerpo, afirmaba que el cuerpo humano, y solo el cuerpo humano, es
capaz de hacer visible lo invisible de Dios.
En este sentido el cuerpo viene a ser como un sacramento,
es decir, es capaz, por ser creado a imagen y semejanza de Dios, de manifestar
y hacer visible una realidad del mundo invisible.
Esta idéntica dignidad de la persona humana se expresa de acuerdo
a lo propio y distintivo de cada sexo.
Y Dios usa toda la realidad humana, incluyendo lo más central,
que es la diferencia de sexos entre varón y mujer.
Lo anterior nos permite entender por qué Dios se hace
hombre: porque el cuerpo humano es capaz de permitir la automanifestación de
Dios, al ser creado a imagen y semejanza de Dios.
Jesús, esposo que hace visible al
Padre
Pero al mismo tiempo, Jesús nace como varón, pues
es el Emanuel, el Dios con nosotros, el Hijo del Altísimo, como fue llamado por
san Gabriel. Es el enviado del Padre y debía representar al Padre, hacerlo
visible: el que me ve a Mí, ve al Padre (Jn. 14,9).
Jesús es el sacramento del Padre, debe
ser señal de Él, y por eso debe ser varón y se representa como el Esposo.
En la Encíclica
sobre la Dignidad de la mujer, Juan Pablo II ha expresado lo
anterior diciendo:
«El amor de
Dios hacia el hombre, hacia el pueblo elegido, Israel, es presentado por los
profetas como el amor del esposo a la esposa… «Tu esposo es tu Hacedor (…),
Dios de toda la tierra se llama» (Is 54, 5).
Lo mismo podemos decir del amor
esponsal de Cristo redentor: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo
único» (Jn 3, 16).
Se trata, por consiguiente, del amor
de Dios expresado mediante la redención realizada por Cristo… Cristo es el
Esposo… El símbolo del Esposo es de género masculino«.
Mulieris Dignitatem 25
Por lo anterior es que el ángel le dijo a María:
«Vas a
concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reino no tendrá fin.
María respondió al ángel: ¿Cómo será
esto, puesto que no conozco varón?. El ángel le respondió: El Espíritu Santo
vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el
que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios».
Lc 1, 31-35
Fernando
Cárdenas Lee, Foyer de Charite
Fuente: Aleteia






