La Iglesia, como Madre y Maestra, nos enseña que la postura corporal es importante cuando nos adentramos en la oración, sea comunitaria o personal
![]() |
| RealPeopleStudio | Shutterstock |
Los gestos corporales y faciales
generalmente responden a un sentimiento.
Por ejemplo, si un niño se asusta
se cubre la cara o la cabeza y cierra los ojos; si una persona recibe una buena
noticia sonríe; si se tiene un éxito se alza alegre y enérgicamente un brazo o
los dos; si sucede algo extraordinario se abren los ojos, etc.
De la misma manera pasa cuando
oramos: es toda la persona la que ora; y cuando oramos nos podemos ayudar del
cuerpo y expresarnos con él.
Y es verdad que también hablamos
con gestos, es el lenguaje no verbal. Recordemos en este sentido cuánto
agradaron a Jesús los gestos de amor de algunos; y que por esto permitió a la
pecadora lavarle sus pies con sus lágrimas, a María de Betania ungirle sus pies
con perfume, y a Juan recostarse sobre su pecho, etc.






















