3 - Enero. Martes. Feria del Tiempo de Navidad
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Evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que
bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía,
pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar
el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu
Santo”. Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de
Dios».
Comentario
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús se presenta en la orilla del río, en medio de la gente, de los pecadores —como todos nosotros—. Es su primer acto público, la primera cosa que hace cuando deja la casa de Nazaret, a los treinta años: baja a Judea, va al Jordán y se hace bautizar por Juan. (…) No es una anécdota, es un hecho histórico decisivo. Es decisiva por nuestra fe; es decisiva también por la misión de la Iglesia. La Iglesia, en todos los tiempos, está llamada a hacer lo que hizo Juan el Bautista, indicar a Jesús a la gente diciendo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Él es un el único Salvador, Él es el Señor, humilde, en medio de los pecadores. Pero es Él. Él, no es otro poderoso que viene. No, no. Él. (Angelus, 15 enero 2017)
Fuente: Vatican News