Con el fin de ayudar a vivir mejor la celebración de la Solemnidad de los Reyes Magos o “Bajada de Reyes” el 6 de enero, presentamos las 5 etapas del viaje de los sabios de Oriente hacia su encuentro con el Niño Jesús en Belén
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La adoración de los Reyes Magos en el Museo de Arte de Toledo, Ohio. Crédito: José Luis Filpo Cabana - Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0). |
En un artículo publicado en el National
Catholic Register, Mons. Charles Pope, decano y sacerdote de la
Arquidiócesis de Washington D.C, reflexiona sobre las etapas del viaje que
los Reyes Magos emprendieron
hacia Belén y anima a los católicos a recorrer sus pasos en el seguimiento a
Cristo.
El 6 de enero celebramos la
Solemnidad de la Epifanía del
Señor, en la que recordamos la llegada de los Reyes Magos a Belén para adorar
al Niño Jesús; aunque en algunas ciudades y pueblos, por una cuestión pastoral,
se traslada esta solemnidad al domingo previo a la Fiesta del Bautismo del
Señor.
Mons. Pope recuerda que el
Evangelio observa “cómo los Magos viajan por etapas desde la luz de una
estrella hasta la brillante y gloriosa Luz de Jesucristo”. A través de estas
cinco etapas pasan de “ser meros magos hasta convertirse, por la gracia de
Dios, en sabios”, agregó.
A continuación, compartimos las cinco etapas:
1.
La etapa de la “llamada”
El Evangelio de Mateo narra:
“Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que
venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: ‘¿Dónde está el Rey
de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos
venido a adorarle’”.
Mons. Pope indica que el término
“magos” se refiere a “hombres eruditos, quizás sean astrónomos antiguos”, pero
destaca que “su identidad clave es que son gentiles”.
Explica que “hasta ese momento de
la historia de la Navidad, solo los judíos habían sido llamados a Belén”. Por
eso “es claro que el Evangelio se extiende a todo el mundo” y que es una
“llamada completa a la Iglesia, que necesita tanto a judíos como a gentiles”.
Además, señala que “Dios los
llama a través de algo en el mundo natural: una estrella”, e invita a los
fieles a preguntarse: “¿Cuál es la ‘estrella’ que Dios usó (y usa) para
llamarte?” y “¿Quiénes son las estrellas en tu vida a través de las cuales Dios
te llamó?”.
“Quizás fue la Escritura, una
iglesia magnífica o una canción inspiradora; sin embargo, es más usual que Dios
use a alguien en nuestra vida para llegar a nosotros: un padre, un miembro de
la familia, un amigo, un sacerdote, una hermana religiosa o un laico devoto”,
recuerda.
2.
La etapa de la “constancia”
En su artículo, Mons. Pope
menciona que “al llegar a Jerusalén, los Magos se encontraron con una situación
bastante confusa y desalentadora: Herodes no sabía nada del nacimiento de este
nuevo Rey”; y, de modo “aún más desconcertante”, vieron que “los líderes
religiosos convocados parecían poco entusiasmados con el Rey recién
nacido”.
Tras recibir la información de
dónde sería el nacimiento de Cristo, los Reyes Magos percibieron que no había
“regocijo” en la gente, ni “ninguna convocatoria para decirles que finalmente
ha nacido un Mesías anhelado, ¡ni siquiera más preguntas!”.
“Pero los Magos perseveraron en
su búsqueda. ¡No se rindieron! Hoy en día, muchos han encontrado su camino a
Cristo pese a que los padres, el clero y otras personas que deberían haberlos
llevado a Jesús, estaban dormidos, eran ignorantes o pecadores”, señala.
3.
La etapa de la “confesión”
El Evangelio continúa: “Ellos,
después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que
habían visto en el Oriente iba delante de ellos […] Entraron en la casa; vieron
al Niño con María, su madre y, postrándose, le adoraron”.
Al respecto, apunta que “los
Magos partieron y continúan siguiendo el llamado de Dios a través de la
estrella”, y hace notar que “se ‘postran’ ante Jesús”.
El sacerdote explica que “la
palabra griega utilizada es prosekunēsan, que significa ‘postrarse en adoración’”,
e indica que se trata de “una confesión de fe”. En ese sentido, llama a
reflexionar sobre si “su fe es una fe real o simplemente una observancia
superficial”, y anima a que “busquemos los efectos de una fe real y salvadora”.
4.
La etapa del “costo”
Mons. Pope afirma que luego de
adorar al Niño Jesús, “los Magos se sienten impulsados a dar tres obsequios
simbólicos que muestran algo de lo que incluye la verdadera fe”. Precisa,
además, que estos tres regalos: oro, incienso y mirra, son “costosos”.
“El oro simboliza todas nuestras
posesiones. El incienso representa el don de la adoración. La mirra, un
ungüento funerario, prefigura la muerte de Jesús. Estos tres dones son muy
simbólicos. Los Magos están mostrando los frutos de la fe salvadora”, resalta,
y anima a hacerse la siguiente pregunta: “¿Estoy dispuesto a cubrir el costo de
nuestro seguimiento a Cristo?”.
5.
La etapa de la “conversión”
El Evangelio nos informa: “Y,
avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por
otro camino”. Al respecto, Mons. Pope afirma que en esta etapa está la
“evidencia esencial para la fe: la conversión”.
“Estos Reyes Magos ahora caminan de manera diferente y no regresan a casa
por el mismo camino por el que vinieron. Se han dado la vuelta (‘conversio’).
Caminan por el camino recto y estrecho que conduce a la vida, en lugar del
camino ancho que conduce a la condenación. ¡Ya no son meros magos, ahora son
sabios!”, concluye.
Por Cynthia Pérez
Fuente: ACI Prensa