En lo que constituye su primer mensaje a los jóvenes en este 2023, el Papa Francisco alentó a sus miembros a no cansarse nunca de construir el “arsenal de la paz”, siempre teniendo a Dios al centro de la vida
![]() |
| El Papa Francisco en la audiencia con los miembros del Sermig. Crédito: Vatican Media |
Al recibir esta mañana a los
miembros del Servicio Misionero de Jóvenes (Sermig), una iniciativa nacida en
Turín (Italia) en la década de 1960, el Santo Padre resaltó un hito de la
comunidad: la transformación del arsenal militar de Turín en el “Arsenal de la
paz”, lo que consideró “un mensaje, dramáticamente actual, que se debe repetir
continuamente”.
El Papa dijo luego que “el
Arsenal de la paz es fruto del sueño de Dios, podríamos decir de la potencia de
la Palabra de Dios” que surge gracias a la fuerza del “Espíritu Santo y su
acción en la historia con su pueblo fiel”.
Francisco destacó que en el
“Arsenal de la paz” los jóvenes pueden “fabricar las armas de la paz, que son
el encuentro, el diálogo y la acogida” que aprenden de la propia experiencia.
“Este es el camino, porque el mundo cambia en la medida en que nosotros cambiamos. Si bien los señores de la guerra obligan a tantos jóvenes a luchar contra sus hermanos y hermanas, necesitamos lugares donde se pueda experimentar la fraternidad. He aquí la palabra: fraternidad”, destacó el Pontífice.
Tras recordar la importancia de
su encíclica Fratelli tutti, sobre la hermandad, el Papa comentó que
"el Sermig se llama ‘fraternidad de la esperanza’, pero también se puede
decir lo contrario, es decir, la esperanza de la fraternidad’. El sueño que
anima el corazón de los amigos de Sermig es la esperanza de un mundo fraterno”.
El Santo Padre resaltó la
necesidad de dar gracias a Dios “porque esta es una obra que no se puede hacer
sin Él. Porque la guerra se puede hacer sin Dios, pero la paz se logra solo con
Él”.
“Queridos amigos del Sermig, ¡no
se cansen nunca de construir el arsenal de la paz! Incluso si la obra parece
concluida, en realidad se trata de una cantera siempre abierta”, lo que ha
llevado a iniciativas similares en São Paulo y Jordania.
El Papa Francisco animó a
trabajar también con los no creyentes y los que no son cristianos, porque “el
Espíritu Santo habla al corazón de quien sabe escuchar”.
Sin embargo, subrayó finalmente
el Santo Padre, hacen falta quienes “tengan el corazón bien enraizado en el
Evangelio. Una comunidad de fe y de oración que tenga encendido el fuego para
todos. Ese fuego que Jesús ha traído sobre la tierra y que ahora arde para
siempre”.
Por Walter Sánhez Silva
Fuente: ACI Prensa






