El Tribunal Constitucional estudia este 7 de febrero el recurso presentado en 2010 por el PP contra la ley del aborto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero
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| Ecclesia |
“¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un
problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?” Esta es una
de las declaraciones más contundentes del Papa Francisco sobre
el aborto. No obstante, durante todos estos años, el Papa ha querido trabajar
en la Iglesia una pastoral que acompañe, sobre todo a sanar las heridas de
todas aquellas madres a quienes "hay que
brindar consuelo".
En nuestro país, el
Tribunal Constitucional estudia este 7 de febrero el recurso presentado en 2010
por el PP contra la ley del aborto del Gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero. La ley de 2010 supone un giro radical con la
anterior legislación de 1985. De una despenalización en unos casos determinados
se pasa a una legislación de plazos que permite abortar durante
14 semanas sin justificar el motivo.
Un
Jubileo de la Misericordia
El Papa Francisco abrió 8 de diciembre de 2015 la
puerta grande de la Basílica de San Pedro, para dar comienzo al año jubilar de
la Misericordia, que concluyó el 20 de noviembre de 2016. Por ello, el Papa quiso ofrecer escucha y perdón a
todas las mujeres que quisieran confesarse de haber recurrido al aborto “sin
necesidad de que haya un permiso previo del obispo de la diócesis”. Una medida
con la que el Papa pretende “que cualquier Iglesia local sea un refugio, un
hospital de campaña que acoja a estas personas heridas en el camino de la
vida”.
En la Carta, el Papa Francisco aseguró que quería
enfatizar con todas sus fuerzas “que el aborto es un pecado, porque pone fin a
una vida humana inocente. Con la
misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que
la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un
corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre”.
Siempre
ayuda a las madres
En una carta publicada en noviembre de 2021, el Papa
Francisco se dirigió a las mujeres de las villas que solicitaron su apoyo
contra los intentos de legalizar la práctica del aborto en Argentina.
Con una carta autógrafa, Francisco reiteró la importancia de proteger la vida.
La carta del Pontífice agradecía el trabajo de una red de mujeres que, desde el
2018, luchan por la protección de los no nacidos, especialmente en los barrios
populares de Buenos Aires. El Santo Padre expresó su admiración por “su trabajo
y su testimonio" y las animó a seguir adelante.
¿Hemos
hecho poco para acompañarlas?
Francisco asegura que “hemos hecho poco para acompañar
adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde
el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias,
particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de
una violación o en un contexto de extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de
tanto dolor?”
El
aborto no es progresista
“Precisamente porque es una cuestión que hace a la
coherencia interna de nuestro mensaje sobre el valor de la persona humana, no
debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión. Quiero ser completamente honesto al respecto. Éste no
es un asunto sujeto a supuestas reformas o «modernizaciones». No es progresista
pretender resolver los problemas eliminando una vida humana”.
¿Suprimir
una vida para salvaguardar otros derechos?
El Papa habla de razonamientos contradictorios por
parte de quienes apoyan el aborto. En Laudato si’, afirma con fuerza que no es compatible “la defensa
de la naturaleza con la justificación del aborto”; y en la audiencia general del 10 de octubre de 2018
define una contradicción suprimir la vida humana en el seno materno “en nombre
de la salvaguardia de otros derechos”.
“Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civilizado, o
simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su
florecimiento? Yo os pregunto: ¿Es
justo «quitar de en medio» una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo
contratar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo
«quitar de en medio» a un ser humano, aunque sea pequeño, para resolver un
problema. Es como contratar a un sicario para resolver un problema”.
Pastorales
que acompañen
Al recibir a los participantes en el Congreso internacional "¡Yes to Life! el Papa aseguró que “el aborto no es nunca la respuesta que las familias buscan”. "Son necesarias y urgentes acciones pastorales incisivas” dijo, exhortando a crear “redes de amor” a donde las parejas puedan buscar apoyo, también en el seno de la Iglesia.
“Debemos escuchar,
acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas:
respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden
preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda
de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.
De hecho, en Evangelii
gaudium, el Papa reconoce que “hemos hecho poco
para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy
duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas
angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como
producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza. ¿Quién puede
dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?" (EG, 214).
La
medicina a favor de la vida
En 2019, el Papa insistió en “que ningún ser humano
puede ser jamás incompatible con la vida, ni por su edad, ni por su salud, ni
por la calidad de su existencia”. En un discurso durante
la audiencia general, el Papa aseguró que “todo
niño que se anuncia en el vientre de una mujer es un regalo, que cambia la
historia de una familia: de un padre y una madre, de abuelos y hermanos. Y este
niño necesita ser bienvenido, amado y cuidado. ¡Siempre!".
Los niños, desde el vientre materno, “si presentan
condiciones patológicas, son pequeños pacientes, que a menudo pueden ser
curados con intervenciones farmacológicas, quirúrgicas y asistenciales
extraordinarias, capaces ahora de reducir la terrible brecha entre las
posibilidades diagnósticas y terapéuticas, que durante años ha sido una de las
causas del aborto voluntario y del abandono de la atención al nacer de muchos
niños con enfermedades graves”.
Las terapias fetales, por un lado, y los Hospicios
Perinatales, por otro, logran resultados sorprendentes en términos de atención
clínica y proporcionan “un apoyo esencial a las familias que reciben el
nacimiento de un niño enfermo. Estas posibilidades y conocimientos deben
ponerse a disposición de todos”.
El
derecho del más débil
En un encuentro con la Asociación
Ciencia y Vida el 30 de mayo de 2015, el Papa precisó un punto importante. La vida siempre
debe ser defendida en su totalidad: al principio, durante y al final.
“Entre esos débiles,
que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por
nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les
quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera,
quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo”.
Sin embargo, también recordó que “esta defensa de la
vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho
humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e
inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver
otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y
permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos
a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno”.
Por Sara de la Torre
Fuente: Ecclesia






