Estos pequeños artículos religiosos pueden ayudar a proteger a tu familia
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Mercy McNab Photography |
El
uso de los sacramentales es una de las prácticas más malinterpretadas de la
Iglesia católica.
Son parte de la vida de la Iglesia desde los primeros tiempos,
pero por lo general son vistos como una especie de superstición.
El motivo está, en gran medida, en el hecho de que muchos
católicos a lo largo de los siglos han empleado los sacramentales de forma
supersticiosa, ya que no habían aprendido a usarlos como es
debido.
En vez de utilizarlos con fe, algunos católicos los empleaban como
amuletos mágicos más que como instrumentos de gracia. Y es una pena, ya que la
función de los sacramentales es enriquecer nuestras vidas espirituales, no
menoscabarlas.
Han sido instituidos por la Iglesia para acercarnos a una relación más
profunda con Cristo y están centrados en santificar todos
los ámbitos de nuestras vidas.
Los sacramentales son extensiones de los
siete sacramentos y traen la gracia de Dios a todo lo que hacemos.
Un lugar donde los sacramentales son especialmente poderosos es el
hogar. Si se usan con espíritu de fe, los sacramentales pueden
protegernos del daño espiritual o inspirarnos para vivir una vida santa
dedicada a Dios.
A continuación tienen tres de esos sacramentales que, si se usan
adecuadamente, pueden ofrecer un estímulo espiritual al hogar, además de mantener
a raya a los enemigos espirituales que acechan en las sombras.
Agua bendita
El agua bendita tiene
un doble significado: nos recuerda nuestro bautismo y también es un
símbolo de purificación espiritual.
Se dice que el agua
bendita tiene un gran poder contra el diablo, ya que el diablo no
puede soportar esta agua “limpia” porque él es impuro para toda la
eternidad.
Es un recordatorio
del agua que manó del costado de Cristo, que es un símbolo del
bautismo, y nos trae a la mente el día de la derrota del diablo (la
crucifixión de Cristo).
Es una costumbre
antigua tener ‘pilas’ o ‘fuentes’ de agua bendita en las paredes de una casa.
Son cálices simples o elaborados que contienen agua bendita que puede usarse
para bendecirse uno mismo durante el día.
Es especialmente útil disponerlas junto a las puertas para salir
de la casa y en los dormitorios de los familiares. De esa
manera, nos mantenemos siempre fijos en Cristo y nos recordamos que hemos de
permanecer puros.
También nos facilita el tener el agua bendita a mano cuando es
necesario repeler cualquier influencia del Maligno.
Sal bendita
Si
es posible, también es bueno tener un pequeño recipiente de sal bendita en
casa. Tendrías que pedírselo específicamente a tu párroco para que te lo
suministrara y lo más probable es que el sacerdote no esté familiarizado con
ello. Es un
sacramental que a menudo se descuida y no es costumbre
usarlo en las parroquias.
Sin embargo, es un arma poderosa contra el mal; como puede verse
en el siguiente fragmento de una bendición dicha por un sacerdote en el Ritual
Romano:
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que bendigas (+) en tu bondad
esta sal creada por ti. Tú mandaste al profeta Eliseo arrojarla en el agua
estéril para hacerla fecunda. Concédenos, Señor, que al recibir la aspersión de
esta agua mezclada con sal nos veamos libres de los ataques del enemigo; y la
presencia del Espíritu Santo nos proteja siempre. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Crucifijo
Otro sacramental muy
poderoso es el que más comúnmente encontramos en los hogares: el crucifijo.
El crucifijo no solo
nos recuerda el gran amor de Dios hacia nosotros, sino que también tiene un
poderoso efecto disuasorio contra los enemigos espirituales. El
crucifijo es el flagelo de la existencia de Satán y es el signo de todo lo que
desprecia.
Es beneficioso tener
un crucifijo en cada habitación de la casa (o apartamento), de modo que puedas
meditar frecuentemente sobre el gran sacrificio de amor de Jesús; además de
tener una imagen que te recuerde mantener el centro durante los
momentos de tentación.
Aquí hay dos
oraciones de bendición de un crucifijo en el Ritual romano que
resumen todas las razones por las que necesitamos los crucifijos en nuestros
hogares:
Oh Dios Santo, Padre
todopoderoso, Dios eterno, bendice esta cruz para que pueda ser de ayuda para
salvar a la humanidad. Permítele ser de apoyo para la fe, un estímulo para las
buenas obras, redención de las almas, consuelo, protección y escudo de los
crueles dardos del enemigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor Jesucristo, bendice esta cruz por la cual
arrebataste al mundo de las garras del enemigo y por la cual venciste mediante
tu sufrimiento al pecado, quien se regocijó en la caída del primer hombre al
comer el fruto del árbol prohibido. [El sacerdote rocía agua bendiga sobre la
cruz]. Santifica esta cruz en el nombre del Padre, (+) del Hijo (+) y del
Espíritu (+) Santo y que todos se arrodillen y oren ante ella en honor al Señor
para tener salud de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia