Antes de ir al sacramento de la penitencia ten claro lo que vas a decir y "no te dejes perturbar por ninguna presión"
![]() |
Philippe Lissac | Godong |
En su libro La Filotea, que
significa «Alma que ama a Dios», san Francisco de Sales propone
unos sabios consejos para ir al sacramento de la confesión muy bien preparados
pudiendo así acercarnos un poquito más a la santidad:
1. Cuando
te dirijas a confesarte ve, con espíritu de humildad,
a hacer tu confesión; y no te dejes perturbar por ninguna aprensión.
2. Sólo
cuando lo cometemos es vergonzoso el pecado, pero al convertirse en confesión y
en penitencia, es honroso y saludable.
3. La
confesión y la contrición son tan bellas y de
tan buen olor, que borran la fealdad y disipan el hedor del pecado.
4. Si
somos humildes, nuestro pecado nos desagradará infinitamente, porque es ofensa
a Dios; pero la revelación de nuestro pecado nos será dulce y amable,
porque Dios es honrado en ella: decir al médico lo que nos molesta es, en
cierta manera, un alivio.
5. Cuando
llegues a la presencia de tu padre confesor, imagínate que te
encuentras en la montaña del Calvario, a los pies de Jesucristo
crucificado, destilando por todas partes su preciosísima
sangre, para lavar tus ignominias; porque, aunque no sea la propia
sangre del Salvador, es, empero, el mérito de su sangre derramada el que rocía
abundantemente a los penitentes, alrededor de los confesionarios.
6. Abre bien tu corazón, para que salgan de él los pecados
por la confesión, porque, conforme vayan saliendo, entrarán en él los méritos
de la pasión divina para llenarlo de bendiciones.
7. Pero dilo
todo sencilla e ingenuamente, tranquilizando de una vez tu conciencia.
8. Luego
de haberte confesado escucha los avisos y lo que ordene el
siervo de Dios, y di de todo corazón: «Habla, Señor, que tu siervo escucha».
Porque es Dios a quien escuchas, pues Él ha dicho a sus representantes: «El que
a vosotros oye, a Mí me oye».
9. Toma
después, en tu mano, la siguiente promesa, que es el remate de toda tu
contrición y que has de haber meditado y considerado antes; léela atentamente y
con todo el sentimiento que te sea posible.
Introducción a La Vida Devota:
También conocida como «La Filotea», San Francisco de Sales
Maria Paola Daud
Fuente: Aleteia