El cardenal predicador de la Casa pontificia pronunció la cuarta meditación de Cuaresma ante la presencia del Papa Francisco y de la Curia Romana
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La predicación de Cuaresma del cardenal Raniero Cantalamessa (Vatican Media) |
En el centro de su reflexión estuvo lo que es
necesario para acercarse a Dios: "Incluso antes de creer que existe, hay
que tener al menos el 'presentimiento' de su existencia"
A las 9 de esta mañana, en el Aula
Pablo VI, el Predicador de la Casa Pontificia, el cardenal Raniero
Cantalamessa, ofreció la cuarta predicación de Cuaresma ante la presencia del
Papa Francisco y algunos miembros de la Curia Romana. El tema de las
meditaciones cuaresmales fue: "Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu
dice a las Iglesias".
Después de las reflexiones sobre la
evangelización y la teología, el predicador ofreció hoy otras sobre la liturgia
y el culto de la Iglesia, con la intención de hacer una contribución, aunque
sea modesta e indirecta, a los trabajos del sínodo.
“La liturgia es el punto de llegada, hacia donde tiende la evangelización”
Para ello recordó que “en la
parábola evangélica, los sirvientes son enviados a las calles y cruces de
caminos para invitar a todos al banquete. La Iglesia es el salón del banquete y
la Eucaristía "la comida del Señor" (1 Cor 11, 20)
preparada en ella”.
Creer que Él
existe
En sus reflexiones, el cardenal Cantalamessa partió de una palabra de la Carta a los Hebreos. Para acercarse a Dios – se dice en ella – es necesario ante todo "creer que Él existe" (Hb 11, 6). Sin embargo, incluso antes de creer que Dios existe (lo que significa haberse ya acercado), es necesario tener al menos el "indicio" y un cierto sentimiento de su existencia. Esto es lo que llamamos el sentido de lo sagrado y que un célebre autor llama "lo numinoso", calificándolo como “misterio tremendo y fascinante".
Tras aludir a San Agustín, que
anticipó sorprendentemente el descubrimiento de la moderna Fenomenología de la
religión y el pensamiento de Charles Péguy, que escribió que "la espantosa
escasez e indigencia de lo sagrado es la marca profunda del mundo
moderno". El cardenal dijo que “si el sentido de lo sagrado ha caído, sin
embargo, ha quedado su añoranza que alguien ha definido, secularmente”,
"Nostalgia del Totalmente Otro" (Max Horkheimer).
“Los jóvenes,
sobre todo, sienten esta necesidad de ser transportados lejos de la banalidad
de la vida cotidiana, de escapar, y han inventado sus propias formas de
satisfacer esta necesidad”
Al respecto agregó que “los
psicólogos de masas han observado que los jóvenes que asistieron a famosos
conciertos de rock, como los de los Beatles, de Elvis Presley o el Festival de
Woodstock de 1969, eran transportados fuera de su mundo cotidiano y proyectados
a una dimensión que les dio la impresión de algo trascendente y sagrado”.
“Lo mismo ocurre – prosiguió – con
quienes participan hoy en los mega encuentros de otros cantantes. El hecho de
ser muchos y de vibrar al unísono con una masa amplifica infinitamente la
emoción del individuo. Se tiene la sensación de ser parte de una realidad
distinta, superior, lo que da lugar a una especie de ‘devoción’”.
“El término
‘fan’ (abreviatura, como sabemos, de fanático) es el equivalente secularizado
de ‘devoto’. La calificación de ‘ídolos’ que se da a sus favoritos tiene una
profunda correspondencia con la realidad”
Superación del
pasado para recuperar el original
Tras ofrecer otras consideraciones
y con el deseo de explicar los cambios para comprender mejor el presente, el
predicador afirmó que “el presente en la Iglesia nunca es una negación del
pasado, sino su enriquecimiento; o, como en este caso, la superación del pasado
reciente para recuperar el más antiguo y original”.
Además, el predicar de la Casa
pontificia también destacó que hay, sin embargo, “una perla que el Canon Romano
ha transmitido de generación en generación y que la reforma litúrgica
justamente ha conservado e insertado en todas las nuevas oraciones
eucarísticas: precisamente la doxología final”:
“Por Cristo,
con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”
Se trata – recordó – de una fórmula
que expresa una verdad fundamental que San Basilio había formulado en el primer
tratado escrito sobre el Espíritu Santo.
Todo parte del
Padre, pasa por el Hijo y nos alcanza en el Espíritu
“A nivel de la salida de las
criaturas de Dios, escribe, todo parte del Padre, pasa por el Hijo y nos
alcanza en el Espíritu; en el orden del regreso de las criaturas a Dios, todo
comienza en el Espíritu Santo, pasa por el Hijo Jesucristo y vuelve al Padre.
Siendo la liturgia el momento por excelencia del regreso de las criaturas a
Dios, todo en ella debe partir y tomar impulso del Espíritu Santo”.
Para concluir, el purpurado dijo
que el antiguo misal contenía toda una serie de oraciones que el sacerdote
debía recitar en preparación para la Misa. “Hoy – añadió – no podíamos
prepararnos mejor para la celebración que con una breve pero intensa oración al
Espíritu Santo para que renueve en nosotros la unción sacerdotal y ponga en
nuestro corazón el mismo impulso que él puso en el corazón de Cristo para
ofrecernos al Padre en un sacrificio de olor fragante”. La Carta a los Hebreos
dice que Jesús, "movido por el Espíritu eterno, se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios" (Hb 9, 14).
“Oramos para
que lo que pasó en la Cabeza también pase en nosotros, miembros de su Cuerpo”
La quinta y
última predicación de Cuaresma tendrá lugar el próximo viernes 31 de marzo.
Vatican News