26 – Abril. Miércoles. San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia
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Regnum Christi |
Evangelio
según san Mateo 5, 13-16
Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille
así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den
gloria a vuestro Padre que está en los cielos.
Comentario
“Vosotros sois
la sal de la tierra, y la luz del mundo”
El evangelio
de hoy transcurre inmediatamente después de las bienaventuranzas, Jesús
contemplando a sus discípulos les dice: “Vosotros sois la sal de la
tierra” “Vosotros sois la luz del mundo” (v 12-13)Al escuchar esta presentación
que Jesús manifiesta ante sus discípulos, suscita en mí, en nosotros,
diferentes emociones: ¡Qué dicha la nuestra, la mía…!, el Maestro me considera
a mí, ser sal de la tierra y luz del mundo. Tomo aliento y enseguida
pienso: ¡Cuánta responsabilidad deposita en mi vida, en nuestra vida…!, porque
Jesús no dice “tienen que ser”, sino “son”. Y lo somos porque hemos entrado
por nuestro bautismo a formar parte de su reino y, desde ese
momento, nuestra vida se ha de asociar con la de Él. Esta es mi identidad
cristiana.
Vuelvo sobre la
imagen que nos presenta Mt y me pregunto maravillada: ¿Quiénes son los que
Jesús tiene delante? ¿Quiénes son esos discípulos? Sí es verdad que Él les ha
llamado, los conoce, pero son simples pescadores, gente sencilla, sin
estudios... Pero, Jesús les mira con los ojos de Dios, y su afirmación se
comprende precisamente como consecuencia de las Bienaventuranzas.
Vivirlas, es decir, ser pobres de espíritu, ser mansos, ser
misericordiosos…entonces sois la sal de la tierra y la luz del mundo. Así de sencillo,
así de exigente.
Tenemos un rol
vital, una vocación que desempeñar “Vosotros sois la sal de la tierra”
“Vosotros sois la luz del mundo” No recibimos este tesoro para guárdale en
un cofre y que no se deteriore o para emplearlo sólo en beneficio propio. Jesús
al expresarse así está añadiendo un plus a nuestro ser cristiano acentuando
para quienes somos, es como si nos dijese: os envío para toda la tierra y
para todo el mundo, necesito personas que encarnen mi mensaje de amor,
sean amplios de miras, salgan a la luz y no se escondan.
En esta misión
no caben medias tintas para trabajar en la construcción del Reino de Dios.
Nuestra vida ha de ser como la sal, dar sabor al mundo, y como la luz, que
alumbra a otros. Voy a terminar con unas palabras del Papa Francisco: “No se
dejen impresionar por sus límites ni por su pobreza. Mediante su Espíritu, que
habita en ustedes, Cristo les da el ser sal de la tierra. Dirijan su mirada
hacia él para recibir lo que les pide.” (Francisco, 29/12/2014).
¿Con mi
presencia, con mis palabras, con mi actuar… estoy siendo sal y luz para los
demás?
Fuente: Dominicos
O.P.