El reportaje de Jordi Évole con el Papa Francisco hablando con los jóvenes incluía a una chica católica practicante. No lo tuvo fácil, pero sus palabras pueden inspirar a muchos. La reflexión de la influencer Mar Dorrio
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¡Necesito ayuda! Necesito ayuda
porque quiero fundar un club de fans. Quiero crear el club de fans de una
veinteañera, guapa, formada, y con más coraje que un legionario. Hablo de María
Losantos, una joven que me emocionó por su participación en el reportaje «Amén:
Francisco responde».
En este reportaje, por si no lo
has visto, varios jóvenes participan en una tertulia distendida con Su
Santidad. En el grupo, hay un joven que sufrió abusos en su colegio religioso,
una persona que se define como binaria, un rapero, una actriz porno, una
lesbiana, y María, la única católica practicante del grupo…: una campeona.
Cuando apenas arrancaba el
reportaje, María defendió la vida con una frase tan humilde como indiscutible:
«Si eres creyente y buscas la vida eterna, no dejas a ese bebé atrás, pero, si
no eres creyente, si no crees en la vida más allá de la muerte, no le niegas a
este niño la única vida que crees que puede llegar a tener».
Ahí, María, nos levantamos del
sofá como si nuestro equipo del alma hubiese metido un gol: ¡valiente, estamos
muy orgullosos de ti! Y no sólo por lo bien que has argumentado, en un momento
de muchos nervios, una postura contraria a la dominante en la sociedad actual,
sino porque, además, has sido capaz de aderezar tu intervención con humildad,
empatía y un cariño que hacía imposible no sentirse atraído por tu asertividad.
Amén: La mirada del Papa
Y quiero decirte también que el
bien, la verdad y la belleza son tozudas, que todo el mundo las anhela, aunque
no lo sepan, como muchos de tus compañeros de rodaje, o como tantas personas
que nos cruzamos en el camino de la vida.
Quiero gritarte a ti, María, y a
todos los jóvenes católicos que nos siguen, incluidos mis «twelve», que el
Señor os mira orgulloso a todos y cada uno de los valientes que le defendéis
sin miedo: miradas parecidas a la que el Santo Padre le dedicó a María.
También quiero aseguraros que no
sois ni uno, ni dos, los que elegís como viaje de fin de curso el Cielo. Mi
recomendación es que busquéis, con empeño y con la garra propia de vuestros
años, gente que comparta vuestros ideales, amigos que os ayuden tirando de
vosotros para arriba cuando la marea contraria os deje sin fuerzas.
Pero, cuando tengáis ese grupo,
hay que crecer, hay que ir a las periferias que tanto nos recuerda al Santo
Padre, como tantas veces nos ha pedido. Sin juzgar, como María, dando cariño
sin medida, saliendo de la pandilla, del grupito, de la zona de confort,
dándose con generosidad.
Y a ti, María Losantos, decirte
que tengo una misión clara para tu club de fans: cubrirte, protegerte y
defenderte con nuestras oraciones. Porque, cuando el Santo Padre te dedicó su
más sincero piropo, no pude evitar sentir un poco de vértigo.
Rezar por María
Para los que no hayáis visto el
vídeo, el Santo Padre, casi al final de la tertulia, escuchó el testimonio de
María, que contó que pertenecía a una familia numerosa del Camino Neocatumenal,
mostró su preocupación por la gente que se considera «de Iglesia» pero no se
comporta como tal, y defendió con pundonor la postura de la Iglesia en temas de
alto conflicto social.
En todo ese grupo de jóvenes, era
la única abogada defensora de la Iglesia, a la que supo defender con cariño
frente a personas dolidas y, en algún caso, heridas, por alguno de sus
miembros. No lo tuvo fácil, pero se comportó como una jabata. Después de
semejante batalla, el Santo Padre le dijo lo siguiente: «María, voy a repetirte
lo que Jesús le dijo a Pedro: Satanás ha pedido zarandearos como si fuerais
trigo».
Por eso, yo quiero añadir en este
artículo el siguiente versículo (Lucas 22:32): «Yo he orado por ti, para que no
falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos». Esa
es nuestra misión, María, fortalecerte, protegerte y cubrirte con las oraciones
de tu club de fans. Estamos muy orgullosos de ti y muy agradecidos. Recuerda a
San Juan Pablo II: ¡No tengáis miedo! ¿Alguien se une al club de fans de
María? Why not?
Mar Dorrio
Fuente: Aleteia