Este pasado viernes se estrenó en España “Si todas las puertas se cierran”, película basada en la vida de la venerable Antonia María de Oviedo y Schöntal, fundadora de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, dedicadas a la atención de prostitutas
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Dominio público |
La película ha
sido promovida por la congregación y supone el colofón a las celebraciones con
motivo del bicentenario del nacimiento de su iniciadora.
La cinta,
dirigida por el experimentado Antonio Cuadri, no hace un recorrido clásico por
la biografía de la fundadora de las Oblatas del Santísimo Redentor, sino que
presenta la historia de tres mujeres de tiempos y lugares distantes que se
entrecruzan de forma providencial.
La película
también busca dar a conocer la labor de la congregación. Así, ha contado con la
colaboración de las hermanas Inmaculada Ruiz de Baluguera y Marisa Cotolí para
la redacción del guión escrito por Claudio Crespo y el propio Cuadri.
Todos los
ingresos provenientes de la exhibición y venta de la película se destinarán a
los proyectos que las Hermanas Oblatas realizan en 15 países de Europa,
América, África y Asia.
La vinculación
del director con las religiosas se remonta a una década atrás, cuando pudo
comprobar de primera mano su labor, dado que su mujer, trabajadora social,
colaboraba en uno de sus proyectos.
Años después
escribió una obra de teatro para conmemorar el 150 aniversario de la primera
casa de acogida de la congregación. Los trabajos para la realización de la
película que ahora se presenta al público comenzaron en 2017.
La cinta se
estrena en más de 20 ciudades españolas este viernes 14 de abril de 2023
y ha sido rodada el pasado verano en Lausana (Suiza), Roma (Italia) y las
localidades españolas de Ciudad Rodrigo, Salamanca, Sevilla y Madrid, entre
otras.
El reparto
cuenta con actores veteranos como Ruth Gabriel, Pastora Vega, Roberto Álvarez y
Carlos Iglesias, aunque sus tres protagonistas son más noveles: Toyemi,
Alexandra Ansidei y Paula Iglesias.
De los palacios a los prostíbulos
Antes de
lanzarse al desagradable ruedo de los ambientes en los que cuidar de las
mujeres víctimas de prostitución, la fundadora de las Hermanas Oblatas del
Santísimo Redentor pisó moqueta palaciega.
Nacida en
Lausana el 16 de marzo de 1822, queda huérfana de padre a los 16 años, cuando
los Marqueses de la Romana le confían la educación de sus hijas. Al volver a
Friburgo, dos años después, decide instaurar un pensionado para jóvenes que
mantiene abierto más de un lustro.
Entonces, el
embajador de España en Berna (Suiza) le propone ser preceptora de las hijas de
la Reina María Cristina de Borbón. Así es como desde 1848 y durante 12 años
vive en el Palacio Real de Madrid.
Terminada su
labor, se desplaza a Roma, donde desarrolla una importante obra apostólica y
conoce a Mons. José María Benito Serra, benedictino Obispo Auxiliar de Perth
(Australia).
De vuelta a
Madrid en 1863, recibe la propuesta del Prelado (cuya renuncia al episcopado
había sido aceptada) de atender a las mujeres víctimas de la
prostitución.
Antonia no
considera adecuado el encargo y expresa los sentimientos de repugnancia que le
producían estas mujeres. Sin embargo, decide meditarlo y, tras orar ante la
Virgen del Buen Consejo en la entonces catedral de San Isidro en Madrid, decide
aceptar la llamada.
“Yo estaba
entonces como los obreros del Evangelio, esperando que se les enviara a la viña
del Señor. Pero esa viña no era la que yo hubiera elegido; no obstante, la
gracia triunfó de la repugnancia de la naturaleza y me entregué con toda mi
alma a la obra proyectada”, explicó años después.
En 1864
fundaron la primera casa de acogida en la localidad madrileña de Ciempozuelos.
Cuatro años más tarde tomaría el hábito de la nueva congregación adoptando el
nombre de Antonia María de la Misericordia.
Fallecida en
1898, es reconocida como venerable en 1962.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI
Prensa