Bastan unos pocos segundos para rezar una oración del corazón
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Puede tentarnos el pensamiento de que no tenemos tiempo para rezar. Esta
idea surge del punto de vista de que necesitamos rezar durante una hora entera
para lograr la mejor experiencia de oración.
Sin embargo, la auténtica oración no
depende de la longitud del rezo, sino de su calidad. ¡Algunas de las mejores oraciones son, en realidad, las más cortas!
Consejos de san Francisco de Sales
San Francisco de Sales incentiva este
tipo de oración en su Introducción a la vida devota.
Levanta, pues, con frecuencia el corazón a
Dios (…) con breves pero ardientes suspiros de tu alma.
Admira su belleza, invoca su auxilio, arrójate, en espíritu, al pie de la cruz,
adora su bondad, pregúntale, con frecuencia, sobre tu salvación, ofrécele, mil veces al día, tu alma, fija tus ojos
interiores en su dulzura, alárgale la mano, como un niño pequeño a su padre,
para que te conduzca, (…) plántalo en tu alma, como una bandera, y mueve de mil
diversas maneras tu corazón, para entrar en el amor de Dios y excitar en ti una
apasionada y tierna estimación a este divino esposo.
Este tipo de oración no requiere
mucho esfuerzo por nuestra parte, ya que puede realizarse durante nuestras
tareas normales diarias. San Francisco de Sales explica el beneficio de esta
oración empleando un ejemplo.
El caminante que bebe un sorbo de vino, para
alegrar su corazón y refrescar su boca, aunque para ello se detiene unos momentos, no interrumpe el viaje, sino que toma
fuerzas para llegar más pronto y con más aliento, no
deteniéndose sino para andar mejor.
Algunas breves oraciones
Una de las oraciones breves más
populares es la Oración de Jesús:
«Señor Jesucristo, Hijo de
Dios, ten misericordia de mí, pecador».
Una versión más corta aún es,
simplemente, decir el nombre «¡Jesús!«.
La clave: el corazón
Una única oración dicha con fe y amor
puede ser mucho mejor que una hora de oración distraída.
Esto no quiere decir que una hora santa sea mala, sino que la
clave en ambos ejercicios es rezar desde el
corazón.
A lo largo de tus tareas diarias, plantéate ofrecer a Dios
oraciones breves que impregnen todas tus actividades cotidianas y te acerquen a
Dios.
Aquí
tienes 12 oraciones breves que invocan el nombre de Jesús:
- Jesús,
Dios mío, te amo por encima de todas las cosas.
-
¡Jesús,
hijo de David, ten misericordia de mí!
- Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador.
- ¡Alabado
sea Jesucristo, ahora y siempre!
- ¡Dulce
Corazón de Jesús, sé mi amor!
- ¡Jesús,
de corazón manso y humilde, haz mi corazón semejante al tuyo!
- ¡Misericordia,
Jesús mío!
- ¡Dulcísimo
Jesús, no seas mi Juez, sino mi Salvador!
- ¡Jesús,
confío en Ti!
- Corazón
de Jesús, ardiente de amor por nosotros, inflama nuestro corazón en Tu amor.
- ¡Jesús,
te amo!
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia






