En el 2000, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicó los signos y los símbolos de las apariciones marianas
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| Dominio público |
Durante
todo el siglo pasado, individuos de todas partes del mundo han elaborado
teorías para descifrar el mensaje oculto en los «tres secretos» de Fátima, pero
sor Lucía dijo que la interpretación pertenecía no al vidente, sino a la
Iglesia.
Toca a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos de Nuestra Señora de Fátima para ofrecer a
los fieles una guía clara en la comprensión de lo que Dios quiere revelar.
La Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces
cardenal Joseph
Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, escribió un largo comentario-interpretación a nivel teológico del famoso «tercer secreto«.
Al cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que
se encontraban en las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos
extraordinarios.
Aquí cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del
«tercer secreto» de Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el
cardenal Ratzinger (ahora papa emérito Benedicto XVI).
1. ¡PENITENCIA,
PENITENCIA, PENITENCIA!
«La palabra
clave de este «secreto» es el triple grito: «¡Penitencia, Penitencia,
Penitencia!». Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et
credite evangelio
(Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa: comprender la urgencia
de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es la respuesta correcta
al momento histórico, que está caracterizado por grandes peligros, los cuales
serán delineados en las imágenes sucesivas».
El mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era «Penitencia».
Ha querido recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los
daños provocados por nuestros pecados. Esta es la «clave» para comprender el
resto del «secreto». Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.
2. NOSOTROS HEMOS
FORJADO LA ESPADA DE FUEGO
«El ángel con
la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda imágenes
análogas del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que se cierne
sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en un mar de
llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo ha
preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la
fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre
de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia».
Esta parte de la aparición tiende a ser la más angustiosa. Parece
que Dios puede destruirnos a todos con una «espada de fuego».
Pero el cardenal Ratzinger, sin embargo, subraya que la «espada de
fuego» sería algo que creamos nosotros (como la bomba atómica)
más que un fuego que desciende del cielo. La buena noticia es que la visión
afirma que la espada de fuego se extingue al contacto con el esplendor de
la Virgen, en conexión con la llamada a la penitencia. La
Virgen tiene la última palabra, y su esplendor puede detener cualquier
cataclisma.
3. EL FUTURO NO ESTÁ
GRABADO EN PIEDRA
«Se subraya la
importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho determinado
de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film anticipado
del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede en realidad
sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una dirección positiva…
El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas del cambio al bien».
Contrariamente a la convicción popular, las intensas visiones
ofrecidas por Nuestra Señora de Fátima no son una previsión de lo que sucederá.
Son una previsión de lo que podría suceder si no respondemos al llamamiento a
la penitencia y a la conversión del corazón que la Virgen hace. Tenemos aún
nuestro libre
albedrío, y se nos exhorta a usarlo por el bien de toda la
humanidad.
4. LA SANGRE DE LOS
MÁRTIRES ES SEMILLA DE LA IGLESIA
«La conclusión
del ‘secreto’… es una visión consoladora, que quiere hacer permeable al poder
curador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen bajo los
brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan así las almas, que se
acercan a Dios… Como por la muerte de Cristo, de su costado abierto, nació la
Iglesia, así la muerte de los testigos es fecunda para la vida de la Iglesia.
La visión de la tercera parte del ‘secreto’, tan angustiosa al principio, se
concluye con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano, y
precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en
signo indicador para la búsqueda de Dios por parte del hombre«.
Es verdad que la visión contiene mucho sufrimiento,
pero no es en vano. La Iglesia puede tener que sufrir mucho en los años
venideros, y esto puede no ser una sorpresa. La Iglesia ha vivido la
persecución desde la crucifixión, y nuestro sufrimiento en la época actual
producirá efectos
positivos solo en el futuro.
5. TENED VALOR, YO HE
VENCIDO AL MUNDO
«‘Mi Corazón
Inmaculado triunfará’. ¿Qué significa? El Corazón abierto a Dios, purificado
por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que las armas de
todo tipo … El maligno tiene poder en este mundo … tiene poder porque nuestra
libertad se deja continuamente separar de Dios. Pero… la libertad para el mal
no tiene la última palabra. Desde entonces vale la palabra: ‘En el mundo
tendréis tribulaciones, pero ánimo, yo he vencido al mundo’ (Jn 16, 33). El
mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa«
Para concluir, el «secreto» de Fátima nos da esperanza en
este mundo lacerado por el odio, por el egoísmo y por la guerra. Satanás no
triunfará, y sus planes malvados serán obstaculizados por el Corazón Inmaculado
de María.
Podrá haber sufrimiento en el futuro próximo, pero si nos
agarramos a Jesús y a Su Madre saldremos victoriosos.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia






