Yolimar Reyes vivió en una «cuna
de oro» de fe... pero un vacío invadía su vida
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| ReL |
Desde que nació, la venezolana Yolimar Reyes vivió
en una "cuna de oro" en lo relativo a la fe, iba a colegios
católicos, respetaba a su familia, recibía una buena formación y rezaba a la
Virgen, a la que llama "Mamá María". Aunque admite que nunca
profundizó demasiado, "el Señor y la Virgen siempre estuvieron" en su
vida. Sin embargo, esta se empezó a truncar con el divorcio de sus padres y, especialmente, cuando se fue
a vivir a Estados Unidos a los 22 años.
"Me ofreció un
mundo de libertinaje y al tener independencia, me desaté", explica al
canal de El rosario de las 11. Especialmente en lo material, hasta el punto en
que fue olvidando su fe y cambiándola "por el dios dinero".
Llegó a tener tres trabajos, una buena casa, su propio negocio… en
lo material, "había triunfado", pero vivir "entregada al yo, a la soberbia y al ego"
hizo que "el enemigo empezase a pasar facturas".
A la euforia del éxito pronto le siguió "una sensación de vacío, de tristeza" que la quebró… y
trató de llenarla junto a su pareja, a quien le propuso involucrar a Dios en su
vida, plagad de bonitos recuerdos junto a la Virgen y su formación cristiana.
En el protestantismo para
"involucrar a Dios"
"El me dijo que no iríamos a la Iglesia católica, pero yo con
tal de involucrar a Dios no me importaba como, así que accedí a ir con él a la iglesia protestante",
comenta.
Yolimar recuerda que desde entonces asistió al "comienzo de
la deformación" de su fe. Se sentía cómoda con sus nuevas amistades
protestantes y el pastor "hablaba muy bien", pero los santos y María
ya no estaban y no podía evitar pensar en que estaba traicionando a su familia.
Su relación no prosperó. Tras la ruptura, sola y sin saber dónde
ir o qué hacer, el sentimiento de vacío aumentó y se aferró a la iglesia
protestante como el único
consuelo y "alimento del alma".
Con perspectiva, hoy sabe que la Virgen y Dios siempre estuvieron llamándola a través
de invitaciones frecuentes de amigas católicas para asistir a grupos de
oración. "Pero yo me sentía cómoda, hacía amigos, celebraba Halloween,
hasta era amiga del pastor", pensaba.
El "quiebre" de Yolimar llegó con la mudanza de su madre
a Estados Unidos: "Tras 10 años viviendo sola, empezamos a chocar. Ya era
independiente y fue como si se invirtieran los papeles, ahora me tocaba a mí
cuidar de ella. Todo fueron peleas, disturbios e ira".
Hasta el punto de que prefería estar en cualquier sitio menos en su casa. Por eso cuando
recibió una nueva invitación de una amiga para ir a un grupo católico de
oración hace 4 años, no dudó en aceptar.
"Mamá María", entre
los mejores recuerdos de su niñez
Cuando entró a la iglesia, se sintió como en casa. "Lo
primero que vi fue a la Virgen, el tabernáculo, el vía crucis… me trajo los mejores recuerdos de mi
infancia, cuando mi abuela escuchaba misa y me hablaba de la Virgen, tantos
recuerdos en tan pocos segundos que colapsé de amor. No podía parar de llorar
ni controlar lo que me estaba sucediendo", relata.
Cuando empezó el grupo de oración, poco antes de Cuaresma, el
sacerdote, Osvaldo, propuso a los presentes diversas formas de vivir el
sacrificio e imitar a Cristo y la Virgen durante los próximos 40 días.
"En mi soberbia de hacer las cosas como yo considerase, dije
que no leería el Evangelio [que propuso el sacerdote]", explica. En su
lugar, "me quité el
chocolate y el café con leche y me propuse ir todos los martes al grupo de
oración como tiempo de lectura y cuaresma para el Señor".
Un antes y un después: "O católica o
protestante"
Yolimar empezó el ayuno y a asistir con regularidad a la misma
iglesia cuando llegó "un
antes y un después" a su vida a través de un libro, los 36 volúmenes
del Libro del Cielo de Luisa Picarreta y la consagración a María que incluía
esta mística de la "Divina Voluntad". "No podía parar de leer.
Empecé la consagración y `Mamá María´ tocó mi corazón", admite.
Pero Yolimar seguía
en la iglesia protestante, a la que iba cada domingo antes de ir a la
católica, de la que siempre admiraba la belleza de la Virgen y los "golpes
de amor" que sentía al verla.
Incluso hacía apostolado con otras amigas a las que invitaba al
grupo de oración de la iglesia católica. Lo más curioso de todo, dice, es que
el último día de la consagración a la Virgen del mes de mayo, una de esas
amigas a las que había invitado le dijo: "Me gusta mucho el grupo, pero tú
te tienes que decidir. O
eres católica o eres protestante".
Tenía mucho que perder si abandonaba los cultos dominicales
protestantes. Especialmente los amigos, la comodidad y el apoyo que encontraba.
Indecisa, acudió a su recién reparada relación con la Virgen
María.
María llegó en el momento
preciso para cambiarlo todo
"'Tengo miedo, pena, vergüenza, pero no quiero dejarme llevar
más por el mundo. Tú eres un ejemplo a seguir y yo soy católica, no
protestante'. Le pedí ser fuerte y dar la cara, porque sentía que iba a herir a
mucha gente, pero cuando sentí que Mamá María me daba el valor, asumí la responsabilidad y dejé de ir a la
iglesia protestante", relata.
Tras tomar la decisión, su vida dio un giro total. Sus antiguas
amistades le retiraron la palabra, pero ella decidió "seguir el ejemplo de Jesús y perdonarles".
Mientras, se involucró por completo en la cultura y la fe
católica, peregrinó a Tierra Santa, hizo ayunos y se empapó de enseñanzas y
lecturas, completando la transformación «de la mano de la Virgen", que le suscitaba recuerdos de su
pasado para comprender "que ella siempre estuvo" a su lado.
Hoy, sabe más que nunca que "ser católico no es fácil, es ser un guerrero",
pero que también "Dios da las herramientas" a través de los
sacramentos, los mandamientos y la gracia para vivir y mantener la fe.
Entre las muchas gracias y regalos que ha recibido de Dios,
destaca el rescate de su familia. "La relación con mi madre es ahora mucho
mejor. Mi abuela falleció y estuve con ella haciendo la unción de enfermos y
novenas. Mamá María llegó en
el momento preciso para llevar también a mi familia a convertirse y al Señor y
a cambiar mi vida", concluye.
Publicado originalmente en el portal Cari Filii.
José María Carrera
Fuente: Religión en Libertad






