Infalibilidad, oficio de Pedro, acusaciones de sedevacantismo... en lenguaje sencillo
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Los tres curas de Red de Redes abordan el tema del papado, el oficio petrino y la utilidad del Estado Vaticano |
¿Hasta qué punto debe
un católico "hacer caso" al Papa? ¿Y por qué tiene que haber
un Papa? ¿Por qué en Roma? ¿Qué
significa que el Papa es "infalible"... cuando es infalible? ¿Querer
al Papa significa que no se puede criticar nada de lo que diga o haga?
Esos son los temas que abordan los sacerdotes e influencers
Antonio María Domenech, Jesús Silva y Patxi Bronchalo en un capítulo de Red de Redes,
la catequesis desenfadada que impulsa en YouTube la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
Un oficio clave: el portador
de las llaves
Cuando Cristo
dijo a Pedro (y a nadie más) "a ti te doy las llaves del Reino de los
Cielos" (en Mateo 16,19) le encargó un oficio que ya existía en
la Casa Real de David: el
responsable de las llaves, es decir, el vicario, sustituto o
responsable de todo cuando el Rey ha salido o está de viaje (como se ve en
Isaías 22,22: "Pondré
la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará,
y nadie abrirá").
“Cuando Cristo le dice a Pedro que le dará las llaves del Reino de
los Cielos, está instituyendo el papado”, recuerdan los tres sacerdotes.
“Que el Papa sea vicario de Cristo significa que donde está él,
está Jesús, y por eso debe
recibir nuestro amor de la misma manera que amamos a Cristo”, apunta
Antonio María Domenech. Además, señala el Papa es pastor de la Iglesia
universal, y como tal se encarga de la transmisión del Evangelio a toda la
Iglesia.
"Hay gente
que piensa que el Papa tendría que hacer lo que yo quiero, según mi
circunstancia, pero cuando él predica o legisla no piensa solo en nuestro
pequeño mundo", advierte.
El sedevacantismo, un ataque
a la Iglesia
Hay algunas personas (pocas y marginales, pero con cuenta en
Internet) que intentan
argumentar que el oficio papal existe pero que actualmente no lo ocupa nadie y
que Francisco no es verdaderamente Papa. Esto es el "sedevacantismo":
proclamar que nadie se sienta en la sede de Pedro (sede vacante).
Domenech responde rotundamente que "Francisco es totalmente legítimo. Es el Papa y a él le
debemos amor, oración, obediencia y respeto”.
Lamenta que en ambientes mundanos "todo el mundo obedece a su jefe en la empresa, pero
luego cada obispo hace lo que le sale de la nariz y cada cura hace lo
que quiere", protesta el sacerdote, denunciando esa desobediencia.
Silva advierte que difundir la idea de que Francisco no es el
verdadero Papa, que no es legítimo, hace "un daño muy grande" a la
Iglesia. "Lo hemos convertido en cuestión de opinión... ¡y no es cuestión de opinión!
Hay una cosa muy importante, que es la legitimidad del Papa elegido en un
cónclave válido. En ese sentido no podemos dudar de ello".
Bronchalo advierte que el sedevacantismo en el fondo "son ataques al papado y a la
Iglesia entera, que es nuestra madre".
"¿Por qué obispo de Roma
y no de Benidorm?"
Y "¿por qué en Roma y no en Benidorm?", se preguntan los
tres sacerdotes. Ha habido épocas (en la Edad Media) en las que los Papas
legítimos han vivido fuera de Roma, pero hay una simbología importante en que el heredero de Pedro
viva y pastoree desde la tumba y lugar de martirio de Pedro, que está
en Roma.
La actual Basílica
de San Pedro está construida encima del lugar donde la tradición identificaba
la tumba del apóstol… y que fue confirmado por los arqueólogos en
tiempos de Pablo VI.
La clave está en la "sucesión apostólica: nunca se ha
interrumpido desde San Pedro, San Lino o San Cleto… hasta San Juan Pablo II,
Benedicto XVI y Francisco", explican los curas de Red de Redes.
"Ha habido papas muy santos y papas indignos, pero a pesar de las dificultades y los
cismas, el papado se ha mantenido a lo largo de la historia",
señala Bronchalo.
Jesús Silva señala que "Pedro era obispo de Antioquía, pero
sintió la llamada de Dios de ir a Roma, igual que Pablo: cuando llega, la
Iglesia pone su sede en lo que en aquel momento era el centro del mundo
cultural en el que iba a extenderse el cristianismo", continúa el
sacerdote. "No se
entiende la expansión del cristianismo sin las calzadas romanas, sus vías de
comunicación o el idioma común".
Incluso, comenta, en su opinión "Dios quiso que
históricamente llegara un imperio como el romano para que fuese el molde
perfecto para la extensión del cristianismo".
(Esto es un debate para los que les guste la Historia: en los 4
primeros siglos el cristianismo también se extendió por el Imperio Parto o
Persa, por los reinos nubios al sur del Nilo, llegó a la India... todo eso pasó
fuera del Imperio Romano).
¿Necesita la Iglesia que
exista el Estado Vaticano?
El Estado
Vaticano es, como poco, una entidad peculiar: es diminuto, apenas unos
palacios, unas oficinas y unos jardines. No tiene natalidad: ¡nadie nace allí!
Pero tiene territorio, sellos, moneda, servicio de tren, delegados diplomáticos
en todo el mundo y en foros internacionales...
Domenech dice que cuando Mussolini quiso revenderle al papado por
una lira los territorios que Italia quitó al Vaticano en el siglo XIX, el
Pontífice se negó porque, si aceptaba, estaría reconociendo la propiedad de
otro sobre sus tierras.
Pero, ¿por
qué conviene a la Iglesia que el Vaticano sea un estado? "Para poder ser
independiente a todos los niveles, para no estar a merced de poderes
mundanos ideológicos y ser verdaderamente libre en sus opiniones y
expresiones", explica Silva.
Recuerdan también que, como Jefe de Estado, el Papa puede ir a la ONU, donde
no tiene derecho a voto, pero tampoco puede ser objeto de veto.
La infalibilidad papal: ¿el
Papa no se equivoca?
Que el Papa tenía la autoridad máxima para enseñar como portador
de las Llaves y Vicario de Cristo, siempre lo creyeron los católicos, pero
Domenech recuerda que no se formuló dogmáticamente hasta el Concilio Vaticano
I, con la Constitución Pastor Aeternus, promulgada por
Pío IX en 1870.
La definición establecía unos límites: el Papa "no se puede
equivocar, porque está asistido por el Espíritu Santo", en un caso
peculiar: "cuando
habla ex cathedra, esto es, cuando, ejerciendo su cargo de pastor y
doctor de todos los cristianos, en virtud de su Suprema Autoridad Apostólica,
define una doctrina de Fe o Costumbres y enseña que debe ser sostenida por toda
la Iglesia".
Así, la
infalibilidad se limita a temas "de fe o moral", promulgados
solemnemente como "como pastor y maestro supremo" y declarando que se trata de un "acto
definitivo". Por eso, los curas de Red de Redes señalan que esto
ocurre muy pocas veces en la historia.
En otras ocasiones, el Papa no es infalible. Por ejemplo, señalan
que San Juan Pablo II "era
muy buen esquiador, pero no por ser Papa tenía que ser el mejor esquiador del
mundo".
Otro ejemplo: "Dicho por el propio papa Francisco, cuando él
ofrece una entrevista con
unos periodistas y da unas opiniones relativas a cualquier tema, que no lo hace
como Papa, sino a veces como obispo -que también lo es-, como sacerdote
-que también lo es-, o como ciudadano, que podrá elegir su opinión y decírsela
a quien le dé la gana cuando quiera".
Silva recuerda que Benedicto XVI,
ya siendo Papa, firmó su libro sobre Jesús de Nazaret como Joseph Ratzinger,
indicando que era una obra de su reflexión privada, perfectamente sometible a
debate.
No a la
"papolatría"
A Silva le preocupa que haya católicos que caigan en "la papolatría".
"No podemos caer en el error de hacer de nadie un Dios, ni siquiera del
Papa o el papado, que están al servicio del Señor para ir al Cielo, que es lo
más importante", añade Bronchalo.
Domenech, sin embargo, establece como norma general "seguir al pastor que nos han
puesto en este momento Cristo y el Espíritu Santo".
"Hay muchas personas a las que les parece muy bien el Papa
cuando dice lo que ellos creen, pero no le quieren tanto cuando dice otra cosa.
A mí me ayuda mucho una frase que decía mi padre cuando alguien ponía su propio
criterio por encima del del Papa: ‘¿Sabes qué? Entre tu opinión y la del Papa,
me quedo con la del Papa’. Porque no
será infalible el Papa -me da igual si Juan Pablo II, Benedicto XVI,
Francisco o Lino-, pero a
lo mejor tú tampoco, ¿sabes?".
Cada capítulo de Red de Redes finaliza con unas recomendaciones de
libros.En esta ocasión proponen 'Fundada sobre roca', donde
el ágil novelista Louis de
Wohl hace un repaso novelado de la Historia de la
Iglesia, y una encíclica de San Juan Pablo II, Universi
Dominici Gregis, de 1996 que trata sobre el papado.
G. de A.
Fuente: Religión en Libertad