En «El buscador» de Creo TV se abre sobre sus retiros de Emaús: su «no va más» y los frutos de fe
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Luis Alfonso de Borbón ya ha asistido a Emaús como caminante y como servidor: estos son los grandes frutos que ha producido en su vida. |
Era el año 2019, último antes de pandemia, cuando el empresario y
aristócrata Luis Alfonso
de Borbón -descendiente de San Luis rey de Francia, hijo de Alfonso de
Borbón Dampierre y de Carmen Martínez-Bordiú, y por tanto bisnieto de Alfonso
XIII y de Francisco Franco- fue por primera vez a un retiro de Emaús.
Algo de lo que no había oído hablar nunca, hasta que su mujer fue como
"caminante" a uno de estos famosos retiros y "volvió
cambiada"… incluso "cambiadísima", con un "subidón de
fe espectacular" y transmitiendo "energía y felicidad".
Después de que ella lo hiciese, trató de que Luis Alfonso
"caminase" por todos los medios. Pero como reconoció el mismo a El buscador de CREO
TV, "basta con que te insistan para que te repliegues".
Su respuesta fue un simple "lo
haré cuando Dios me llame".
Quizá no lo esperaba, pero lo cierto es que años después sintió
esa llamada a través de un amigo que le invitó al retiro. "Sin ningún tipo
de presión pensé: `¿Por qué no?´" y se decidió a ir "a ver lo que
pasaba" pero, sobre todo, "con la mente abierta".
"Sin la fe, no habría
podido superarlo"
Si hay algo que los caminantes o servidores de Emaús guardan
con celo es lo que sucede durante el fin de semana de retiro. "Para
mantener la tensión espiritual", justifican. Lo cierto es que Luis Alfonso tampoco desveló nada sobre
estos famosos y herméticos retiros, pero admite que le "ayudó mucho".
Aunque siempre fue católico practicante e "intenta cumplir sus
deberes como cristiano", admite que ha tenido "sus momentos" de altos y bajos en
la fe, que considera "una relación con Dios como cualquier otra con
tus dificultades y bondades".
Y para Luis Alfonso, la pérdida de su hermano mayor, en un accidente de coche a los
11 años y de su padre cinco años más tarde fueron sin duda dificultades
añadidas en las que su formación cristiana fue clave para mantenerle a flote.
"La fe te
ayuda a llevar mejor esas grandes dificultades. Sin la fe, en mi caso
al menos, no habría podido superar ciertas cosas", admitió.
En su caso, Luis Alfonso asegura que, aunque tener una buena vida
espiritual "puede ayudarte a superar muchos momentos de dificultad", concretarla en retiros y
actividades como Emaús produce frutos visibles. Él recuerda dos del
retiro.
Los frutos de Emaús
"El primero, que a lo mejor por mis vivencias que había
tenido, he aprendido a saber relativizar las cosas. No es que porque yo me
rompa la pierna o haya perdido un padre soy el más desdichado del mundo. Hay
que contextualizar", explica.
También agradece que, tras el retiro, es más consciente de la
presencia de de Dios en su vida.
"Emaús me ha ayudado a contextualizar a Dios en mi día a día. Me ayudó a saber que
si me pasa algo, si tengo esta familia, si estoy aquí, es porque Dios lo ha
querido. En cierta manera, Dios está reflejado en ti, en mi, en mi mujer o en mis hijos, en
lo que ocurre en el día a día", afirma.
Habiéndose dedicado a la banca privada durante años, el empresario
admite a través del trato y la preocupación por sus clientes, estos
"acababan siendo amigos" y también compañeros a quienes transmitir el Evangelio.
"Empiezas tratando lo financiero, pero cuando esa relación
dura, comienzas a hablar de su mujer, de sus hijos, de sus proyectos… también
salen momentos difíciles y tú, como persona, puedes apoyarle. Ahí, la fe te puede ayudar mucho para
aconsejar a una persona", agrega.
"Ganarse el Cielo"
evangelizando y jugando con cartas
Aunque sí la más directa, esta no es la única faceta
evangelizadora de Luis Alfonso en el ámbito laboral. La asistencia al retiro de
Emaús también tuvo otro fruto, más concreto y tangible, pero igual de útil. Se
trata de una selección de juegos de mesa,
ideados por el mismo, para conocer la historia y la cultura de diferentes
ámbitos.
Uno de ellos es Gánate
el Cielo, que surgió al combinar su vocación divulgativa de la
historia, con su fe y su afán evangelizador para transmitir la vida de los 80 santos que aparecen en las
cartas temáticas.
"Los santos de la Iglesia Católica no son dioses, ni seres
mitológicos, sino seres humanos que recibieron el Bautismo y fueron ejemplares
en el seguimiento espiritual de Jesús. Conocer su trayectoria debiera servirnos de inspiración.
Alcanzar la santidad debe ser un revulsivo para que todos tratemos de ser
mejores personas, conocer la doctrina de la Iglesia Católica y practicarla", explicó en otra
ocasión.
"Emaús puede hacer mucho
bien"
Si como caminante en Emaús pudo revitalizar su fe, ir como servidor le ayudó
especialmente a practicar esa fe de la que hablan sus juegos, tanto
difundiéndola en su día a día como haciéndola más fácil a quienes llegan a un
retiro esperando lo mejor.
"Cuando
sirves, refrescas aquellos que hiciste de caminante. Es como si estuvieses
en el teatro, que la primera vez que vas es mágico, pero en cuanto vuelves y
estas detrás del escenario te das cuenta de que no hay truco, y que si las
cosas salen, es por el trabajo de todos", explica.
Antes de concluir, menciona un cuarto y último fruto del retiro de
Emaús, la apertura. Y es que "A Emaús pueden ir todos. A veces uno por lo
que ha vivido tiene un caparazón, pero venir aquí te permite abrirte y expresarte sin ningún temor por
nada. En esta vivencia te van ayudando a abrirte, algunos tardan más y otros
menos, pero prácticamente todos acaban haciéndolo, rompiendo su
caparazón".
Remarca especialmente la ayuda que este fruto ha traído a su
hogar, pues cuando llegas a casa "ya has roto el caparazón" y puedes "expresar
mejor tus sentimientos". "En Emaús te das a conocer mejor que
antes", agrega antes dirigir un último mensaje: "Animo a la
gente a ir. No pierden nada, como mucho dos días. Pero puede hacerles mucho
bien".
J. M. C.
Fuente: Religión en Libertad