«¿Seré hoy un buen ejemplo para los demás como Jesús de Nazaret?», se pregunta Mark Merrill
ReL |
Desde hace más de tres décadas, Mark Merrill se
dedica por entero a impulsar programas de ayuda para fortalecer la relación entre las familias, la fe y sus
posibilidades educativas. Además del plano empresarial, transmite sus
consejos en portales como Family First o All
pro dad.
En el último de ellos, el emprendedor e investigador especializado
en cómo los padres pueden involucrarse en el buen crecimiento de sus hijos se
hace eco de cómo los estudios e investigaciones recogen que los hombres se hacen cada día
miles de pensamientos y reflexiones negativas, generando un malestar que
impide o dificulta plasmar el amor a su familia.
Por eso, llama la atención especialmente de los padres de familia
para que, sobre todos esos pensamientos diarios y rutinarios, centren su
atención en siete
preguntas que todo hombre debería hacerse todos los días:
1º ¿Qué es lo que realmente importa?
Merrill considera que una de las grandes perjudicadas por las
"rutinas mentales sin sentido" es la capacidad de centrarse en lo que
realmente importa. Por eso, llama a que cada día, los hombres y padres de
familia indaguen, se
concentren y valoren la vida de las personas más cercanas que le
rodean, como su mujer, hijos y familia próxima.
2º ¿Soy un hombre coherente?
En relación a esta pregunta, son muchas las obligaciones y rutinas
que puede tener un hombre o un padre de familia en el día a día. Por eso, cita
al escritor C.S. Lewis para recordar la importancia de la coherencia, "hacer lo correcto incluso cuando
nadie esté mirando". "Necesitamos elegir cada día comprometernos
con lo que es correcto, no para obtener un beneficio personal, sino porque es
lo correcto", explica.
3º ¿Qué voy a hacer hoy para
mejorar las cosas?
Se trata de una pregunta que escuchó uno de sus conocidos de los
apostolados familiares, Tony Dungy. Cuando era joven y acudía a su padre ante
situaciones difíciles, su padre le preguntaba qué iba a hacer para mejorar las
cosas. Como entonces, Merrill también recuerda hoy que ante los problemas y dificultades del
día a día, el hombre tiene dos opciones: "O elegir cada día ayudar a resolverlos o
perpetuarlos y esperar a que otra persona los arregle".
4º ¿Cómo le demuestro mi amor
a las personas más importantes?
Las palabras que no son secundadas por actos no tienen valor,
sobre todo si se tratan del amor a la familia y a las personas más importantes.
En este sentido, el mismo Merrill admite que cada noche puede decirle a su
esposa e hijos lo mucho que les quiere, "y eso es importante", pero
de nada sirve sin "acciones que demuestren ese amor". "Necesitamos encontrar cada día
formas de demostrarlo", menciona.
5º ¿Soy una persona que escucha?
Convencido de que ser un buen oyente y escuchar "es
fundamental para las relaciones", recuerda que la respuesta a esta
pregunta no solo es afirmativa si es estando en silencio o esperando una pausa
en la conversación para intervenir. "Escuchar significa aprender y comprender mejor a la otra
persona y es algo en lo que siempre necesitaremos trabajar, escuchar
bien para amar bien".
6º Lo que diga hoy,
¿transmitirá la verdad a los demás?
Como el día a día, las palabras y conversaciones que mantenemos
cada día "también pueden ir en piloto automático". Mientras que en el
mejor de los casos podremos "sugerir clichés positivos sin sentido",
en el peor "podemos repetir palabras que hundan a los demás",
advierte. Siguiendo la máxima de que "si lo que vas a decir no es mejor
que el silencio, mejor no lo digas", Merrill llama a que cada día se prioricen y elijan
"palabras poderosas llenas de verdad que den vida y no las tóxicas".
7º ¿Seré hoy un buen ejemplo
para los demás… como Jesús de Nazaret?
Los hombres y especialmente los padres, encuentran en esta
pregunta una reflexión crucial en el día a día de cara a las personas bajo su
cuidado, pues "tendemos a
imitar a los que admiramos". Así, mientras un joven jugador de béisbol
mueve el bate como lo hace su estrella favorita", en el caso de los
adultos, ese "ejemplo a seguir debe ser Jesús de Nazaret. Para mí, él es
el máximo ejemplo de cómo vivir. Y tú, ¿qué ejemplo estás siguiendo?",
plantea.
J. M. C.
Fuente: Religión en Libertad