Con 57 años, el arzobispo de Madrid cuenta con una amplia trayectoria pastoral desde que fuera ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994
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Cualquiera que se refiera a la figura José Cobo parece estar jugando al 'Un, dos, tres', ya que la lista de calificativos parece interminable: “Un hombre de Dios, sensible, bondadoso, con una gran capacidad para la escucha, con don de gentes, serenidad, sentido ecuménico, con apertura de mente y gran armonía de corazón...”: ¡Campana y se acabó!
Si cada uno recoge lo que siembra, el recién nombrado por el Papa Francisco arzobispo de Madrid ha sembrado amor allá por donde ha caminado a lo largo de sus cinco años como obispo auxiliar de la diócesis. Son los valores que desde su niñez le transmitieron Agustín y Pauli, sus padres.
Nació en la localidad jienense de Sabiote un 20 de septiembre de 1965. Con tal solo 57 años cuenta con una amplia trayectoria pastoral desde que fuera ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994, un Día de San Jorge.
A lo largo de estas tres décadas, lo que más ha marcado a José Cobo es su tarea de evangelizar con los presos, cuyos primeros acercamientos se remontan se remonta a sus años de universidad, tal y como ha confesado en alguna entrevista.
“Desde pronto aprendí, por medio del trato con los presos, este gran reto que es descubrir la hondura de cada persona por encima de etiquetas o condiciones en las que se ha vivido. Gracias a ellos he aprendido que, en el fondo, todos estemos hechos del mismo barro. Es lo que nos dice el Papa Francisco cuando al visitar cada prisión termina lanzando esta pregunta al corazón de todos: ¿Por qué ellos están aquí y no yo?”, reflexionaba en alguna conversación con los medios.
Se licenció en Derecho Civil por la Universidad Complutense de Madrid en 1988, el mismo año en el que entraba en el Seminario Conciliar de La Inmaculada y San Dámaso, para realizar los estudios eclesiásticos de Teología. Siendo ya párroco en Colmenar Viejo, cursa, entre 1994 y 1996, los estudios de Moral en el Instituto Redentorista de Ciencias Morales de la Universidad Pontificia de Comillas.
Comenzó su ministerio pastoral en la Parroquia de Colmenar Viejo. Poco tiempo después, pasa a ser Viceconsiliario de la Hermandades del Trabajo de Madrid. En 1995 es nombrado vicario parroquial de San Leopoldo, puesto que ocupa hasta el año 2000, año que es nombrado párroco de San Alfonso María de Ligorio y que compaginará con el arciprestazgo de Nuestra Señora del Pilar de Aluche-Campamento hasta 2015.
En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana desde marzo de 2020. Era miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde abril de 2018.
Sinodalidad y despertar el amor de Dios en los jóvenes
En declaraciones como obispo auxiliar de Madrid, José Cobo ha calificado de “sagrada” caminar en sinodalidad en la Iglesia: "En los procesos sinodales intervienen todos. Nadie abarca la totalidad de la Iglesia", expresaba.
Sobre la tarea de evangelizar entre los jóvenes, José Cobo siempre ha abogado por “despertar discípulos misioneros antes que rellenar necesidades. A veces buscamos catequistas para el campamento… pero a lo mejor el Señor suscita otras cosas". En resumen, el arzobispo de Madrid apuesta por buscar más aquello que puede estar escondido en los jóvenes y no querer que asuman unas responsabilidades predeterminadas.
Por José Melero Campos
Fuente: Ecclesia