Esta reliquia se conserva en un importante templo y originó la fiesta de la Visitación que la Iglesia celebra cada 31 de mayo
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La Virgen María con su prima Isabel. Crédito: Dominio público - Wikimedia Commons. |
Una antigua tradición señala que en la Anunciación-Encarnación
de Cristo, la Virgen María usaba un velo, que también habría vestido al ir “sin demora”
a ayudar a su prima Isabel. Esta reliquia se conserva en un importante templo y
originó la fiesta de la Visitación que la Iglesia celebra cada 31 de mayo.
De acuerdo al sitio de investigación de santos Santi e Beati,
este velo o manto de la Virgen es llamado “maphorion” u “omophorion”
(del griego omos = hombro y espalda).
Se conservó en Jerusalén hasta que fue llevado a Constantinopla,
en el actual Estambul (Turquía) en el año 472 d.C. por Galbios y Candidos, dos
ciudadanos romanos de la clase aristocrática de los patricios.
El velo se mantuvo en el
Santuario de Balcherne, en Estambul, y luego pasó a una capilla adjunta llamada
“Santa Soros”.
En junio del 619 la reliquia fue escondida ante una incursión de
bandidos. Sería devuelta al santuario el 2 de julio del mismo año, una fecha
que se convirtió en una celebración mariana, y en una fecha clave, como se verá
más adelante.
Según el sitio web patrimonial del Ministerio de
Cultura de Francia (POP), en el 792 el emperador oriental
Constantino V envió el llamado velo de la Virgen a Carlomagno.
Luego la reliquia pasó a manos del abad de “Aix-la-Chapelle”
(Alemania). Finalmente, en el 876, fue confiada por Carlos el Calvo a la
Catedral Notre-Dame de Chartres, ubicada al sur oeste de París.
Tras el año 1000 el velo fue puesto en un relicario que se
mantuvo cerrado por mucho tiempo. La gente se olvidó cómo era y se le empezó a
llamar “chemise”
(camisa). Por ello es que la propia Catedral
de Chartres la llama “Sancta Camisia”.
De acuerdo a la POP, según datos oficiales de 1712, se descubrió que era una
tela de 2 metros y 12 centímetros de largo por 46 centímetros de ancho. Así se
mantuvo hasta que en plena época de la Revolución Francesa, en 1793, fue
cortada y repartida.
Más adelante, en 1809, el entonces Obispo de Chartres, Mons.
Jean-Baptiste-Joseph de Lubersac, reunió varios de los retazos. El más grande
se conserva en la Catedral de Chartres dentro de un nuevo relicario.
Otro pedazo de 25 x 13 centímetros está en la capilla de Vendôme
(al sur de Chartres), mientras que los fragmentos más pequeños están en los
archivos diocesanos.
La POP precisó que un peritaje del “Musée des Tissus de Lyon” (Museo
del tejido de Lyon) en 1927 determinó que lo que la tradición llama el velo de
la Virgen se asemeja a los que usaban las mujeres en la cabeza a inicios de la
era cristiana en oriente.
El velo y la
fiesta de la Visitación
De acuerdo al sitio web de noticias del Vaticano Vatican
News, antiguamente el 2 de julio se celebraba “la fiesta de la
‘Deposición en la basílica de Santa María de las Blanquernas de la santa Túnica
de la Theotokos’”. En esta festividad se leía la lectura bíblica de la
Visitación.
Cabe precisar que el templo de las Blanquernas es el santuario
de Balcherne, donde según Santi e Beati estuvo
el velo de la Virgen.
Como se indicó anteriormente, desde el 619 se celebraba cada 2 de julio la
devolución de esta reliquia mariana.
Ambas fuentes también concuerdan en que los franciscanos
adoptaron esta festividad y la convirtieron en la memoria de la Visitación en
el año 1263.
El Papa Urbano VI, en 1389, la oficializó para el 2 de julio y
el Concilio de Basilea, en 1441, la confirmó para toda la Iglesia. Con el
Concilio Vaticano II y el nuevo calendario litúrgico pasó a celebrarse cada 31
de mayo.
Por Abel
Camasca
Fuente: Aleteia