El Papa pide «un gesto concreto» para cuidar a los ancianos en su mensaje para la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. «La Iglesia y la sociedad los necesitan», dice
Una anciana y su nieta participan en un encuentro del Papa Francisco con abuelos en la plaza San Pedro . Foto: CNS |
«El Señor desea que no dejemos
solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como por
desgracia sucede frecuentemente», ha afirmado el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de los Abuelos y
de los Mayores, que se celebrará el domingo 23 de julio.
En el texto, Francisco aprovecha
la cercanía este año entre esta Jornada y la JMJ que tendrá lugar en Lisboa a
principios de agosto, para recordar «el vínculo entre los jóvenes y los ancianos».
Así, la amistad con una persona
anciana «ayuda al joven a no reducir la vida al presente y a recordar que no
todo depende de sus capacidades». Por otro lado, a los ancianos «la presencia
de un joven les da esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que
sus sueños pueden realizarse».
Por todo ello, el Papa constata
que «no podemos avanzar, y mucho menos salvarnos, solos», pues «la intervención
de Dios se manifiesta siempre en el conjunto, en la historia de un pueblo. Su
proyecto de amor atraviesa pasado, presente y futuro, abraza y pone en
comunicación las generaciones. Es un proyecto que va más allá de nosotros
mismos, pero en el que cada uno de nosotros es importante».
A los más jóvenes los desafía a
«ir más allá de esa inmediatez en la que se confina la realidad virtual, la
cual muchas veces distrae de la acción concreta». En el caso de las personas
mayores, «se trata de no hacer hincapié en las fuerzas que decaen y de no
lamentarse por las ocasiones perdidas».
Francisco reclama en este sentido
«pasar de la imaginación a la realización de un gesto concreto para abrazar a
los abuelos y a los ancianos», y propone a los jóvenes que antes de viajar a la
JMJ «vayan a encontrar a sus abuelos o hagan una visita a un anciano que esté
solo».
Y a los ancianos les pide
«acompañar con la oración a los jóvenes que van a celebrar la JMJ», porque
«estos muchachos son la respuesta de Dios a sus peticiones, el fruto de lo que
sembraron».
«No los dejemos solos —afirma el
Papa en su mensaje—, la presencia de los mayores en las familias y en las
comunidades es valiosa, nos da la conciencia de compartir la misma herencia y
de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces».
«Tanto la Iglesia como la
sociedad los necesitan», concluye Francisco, porque «ellos entregan al presente
un pasado necesario para construir el futuro. Honrémoslos, no nos privemos de
su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean
descartados».
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega