Si los líderes parroquiales las aplican los frutos llegarán, afirma un experto
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| Una parroquia con éxito y que se pueda calificar de "asombrosa" debe construirse sobre distintos pilares |
¿Puede la Iglesia, especialmente las parroquias, aprender de
algunos métodos del mundo empresarial? La realidad es que hay aspectos
relacionados con la eficacia que pueden ser de gran utilidad en lugares en el
que los católicos ponen en muchas ocasiones mucha voluntad pero falta una
organización eficiente.
Patrick
Lencioni, conocido en Estados Unidos por sus lobros sobre liderazgo y
gestión, lleva años también ayudando a miles de parroquias católicas del país a
través de un apostolado llamado The Amazing Parish.
Mediante su asesoramiento pretende revitalizar las parroquias y dotar tanto a los
sacerdotes como a los distintos líderes parroquiales de una capacitación y unos
recursos para crear parroquias vibrantes y prósperas.
En conversación con Catholic Digest,
Lencioni afirma que “todo
tipo de parroquias de Estados Unidos están ahora en proceso de volverse
‘asombrosas’ a través de este simple pero importante trabajo de construir
una organización próspera en cooperación con el Espíritu Santo”.
Aunque este experto asegura que cada parroquia es única ha
detectado que hay tres patrones comunes que forman la base de una parroquia que
funcione.
1. La oración
Todo comienza con la oración “Las personas que dirigen la parroquia necesitan rezar en equipo
y entregar todo a Dios”, explica este experto.
En su opinión, “con demasiada frecuencia las oficinas parroquiales
parecen compañías de seguros o consultorios médicos cuando deberían ser una fuente
de oración. Es asombroso
que muchos líderes en las iglesias no recen y sometan a Dios todo en lo que
están trabajando”.
2. Eficacia
El segundo aspecto al que se requiere Lencioni es que los equipos
parroquiales realmente tienen que trabajar como un equipo funcional, y
necesitan hacerlo mejor que cualquier empresa normal.
“La Iglesia es más
importante que cualquier empresa del mundo, sin embargo, las parroquias a veces
tienen estándares más bajos”, alerta. Sin embargo, considera que, por el
contrario, "deberían tener estándares más altos que Microsoft u otra
importante empresa porque lo que hacen es, en última instancia, más importante.
El párroco y su equipo de liderazgo deben actuar y actuar como un equipo de
verdad. Tienen que aprender a confiar el uno en el otro, a discutir bien, a
tomar compromisos, a responsabilizarse unos a otros y a concentrarse en obtener
resultados para Dios. Cuando se conforman con la mediocridad es muy triste, y
esa idea de conformarse con la mediocridad porque 'es una cosa para la
iglesia,’ a menudo ha invadido nuestra Iglesia”.
3. Ayuda en el crecimiento
espiritual del compañero
La tercera de las partes fundamentales para construir una parroquia
con éxito pasa por crear una cultura en la que las personas que trabajan juntas
participen activamente en el crecimiento espiritual mutuo.
La Iglesia es más importante que cualquier empresa del mundo. “Si las personas que dirigen la
parroquia no se están volcando en la vida de los demás, haciendo estudios
bíblicos, orando juntos y evangelizándose unos a otros y empujándose unos a
otros para crecer en su fe, no habrá forma que consigan que esto mismo lo haga
el resto de gente de la parroquia”, dice Lencioni, quien ha visto su propia
fe revitalizada en los últimos 10 años al reconocer la belleza y la verdad de
la Iglesia.
“No pueden simplemente hacer un video o implementar un programa. Tienen que ser testigos vivos de
la evangelización y el discipulado dentro de la propia parroquia”,
asegura.
“Cuando entras en una oficina parroquial debes decir, 'guau, estas personas están
rezando. Vaya, estas personas son realmente profesionales y trabajan como un
equipo. Vaya, estas personas viven su fe y se ayudan unos a otros y se
hablan desde un nivel espiritual'. Demasiadas parroquias no rezan mucho entre
sus líderes y no funcionan como un equipo. Funcionan como un equipo de golf con
un grupo de personas con diferentes títulos haciendo su trabajo. No es de
extrañar que no traigan más personas a Jesús y a la parroquia", agrega.
Lencioni se apresura a señalar que Jesús no vive en el
profesionalismo de la gestión, vive en la verdad, pero señala que sigue siendo
un gran obstáculo para la fe cuando las personas tienen que superar un mal
liderazgo cuando llegan a la oficina parroquial.
Artículo de
hemeroteca publicado originalmente el 11 de septiembre de 2020.
Fuente: Religión en Libertad






