Cada 18 de julio se celebra al monje San Arsenio, quien seguía los consejos de una voz mística
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San Arsenio dejando el mundo. Crédito: Philippe de Champaigne - Dominio Público - Wikimedia Commons |
Cierto día, esta lo llamó y tuvo
una visión en la que distinguió 3 tipos de pecadores en la humanidad. Ello
luego le sirvió para aconsejar mejor a los demás.
San Arsenio vivió entre los siglos
IV y V. Fue un dignatario de muy alto rango en el Imperio Romano. En una
ocasión, mientras oraba a Dios para que lo condujera a la santidad, escuchó una
voz mística que le dijo: “Huye de los hombres y te salvarás”.
Así lo hizo e ingresó a un
monasterio. No obstante, tras hacerse monje, la voz le indicó: “Arsenio, huye,
calla y permanece enteramente tranquilo en la quietud de tu retiro y soledad”.
De esta manera el santo se fue a vivir al desierto.
El monje fue creciendo en
santidad y los fieles viajaban desde muy lejos sólo para escuchar sus
enseñanzas o algún provechoso consejo. Toda esa sabiduría la obtuvo de Dios.
San Arsenio volvió a escuchar la
voz mística, la cual le ordenó: “Ven, quiero que veas las obras que hacen los
hombres”. El monje obediente acudió y contempló tres escenas.
En la primera vio a un hombre que
cortaba leña, la amarraba e intentaba cargarla. Pero como era muy pesada,
entonces cortaba más leña, la juntaba con el primer grupo y quería levantar
todo el paquete. Al no poder alzarlo, nuevamente cortaba más leña y la sumaba
al resto, pero seguía sin poder lograr su objetivo. Esta acción se repetía una
y otra vez.
Después divisó a otro individuo
que sacaba agua de un pozo y la metía en una cisterna cercana. Pero como este
depósito tenía en el fondo un agujero que conectaba con el pozo, entonces toda
el agua que metía regresaba de inmediato a la fuente original.
Más adelante observó a dos
hombres que, montados en caballos, intentaban meter una larga viga por la
puerta de una iglesia, de una manera en la que nunca iba a caber, por lo cual
ellos mismos impedían que cupiera. No obstante, los hombres insistían e
insistían.
Posteriormente, la voz le explicó
a San Arsenio: “Estos caballeros de la viga representan a cuantos presumen de
justos y rectos a pesar de estar llenos interiormente de soberbia, de ser
inflexibles y de no ceder jamás ante nada ni ante nadie. Quienes así se
conducen, en tanto no depongan su actitud, se verán condenados a permanecer
fuera del reino de Dios”.
Sobre el hombre que cortaba leña,
le indicó que era el ejemplo de aquellos pecadores que “en vez de aliviar la
carga de sus pecados con prácticas de penitencia, la aumentan, reincidiendo en
ellos y añadiendo iniquidades a iniquidades”.
Finalmente, le describió que el
sujeto que quería llenar agua en la cisterna con hueco simbolizaba “a las
personas que hacen obras buenas y obras malas, sin caer en la cuenta de que el
mérito que obtienen cada vez que ejecutan algo bueno queda desvirtuado y
anulado y suplantado por el demérito en que incurren cuando hacen algo malo”.
Por Abel Camasca
Fuente: ACI Prensa