24 – Julio. Lunes de la XVI semana del Tiempo Ordinario
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Evangelio según san Mateo 12,
38-42
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y
hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Comentario
Queremos ver un milagro tuyo
Los letrados y fariseos del
evangelio de hoy saben que Jesús ha realizado diversos milagros ante mucha gente.
Pero eso no les es suficiente y le piden un milagro en el que ellos estén
presentes y lo vean de cerca.
Y Jesús les comunica que van a
poder presenciar el signo del profeta Jonás. Es decir, el signo de la
resurrección del Hijo del Hombre después de estar enterrado tres días y tres
noches. Y alude también y les reprocha que los hombres de Nínive se
convirtieron con la predicación de Jonás y ellos no son capaces de convertirse
ante la predicación de Jesús que “es más grande que Jonás”.
Nos encontramos ante el misterio
de la creencia y de la increencia. Vemos que unas personas ante las palabras y
signos de Jesús le aceptan y le siguen, y otras, ante esas mismas
palabras y signos le rechazan. Da la impresión de que estos tienen cerradas las
puertas de su corazón y no dejan que Jesús entre y se adueñe de él. Estamos
ante un auténtico misterio.
Fuente: Dominicos