Las fragilidades de la sociedad contemporánea se han plasmado en cada una de las estaciones del Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud 2023
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| Dominio público |
La ya famosa 'Colina del Encuentro' en el Parque Eduardo VII se volvió a
llenar de jóvenes desde primera hora de la tarde para vivir el tradicional
Vía Crucis de la JMJ.
Francisco, que una vez más ha llegado a bordo del papamóvil, ha escuchado las
clamores de un mundo que sufre y ha dirigido un nuevo mensaje a los
jóvenes peregrinos y ha rezado junto a ellos.
Esta tarde en Lisboa han resonado los problemas que resuenan en los
corazones de los jóvenes y que toda la sociedad no debería jamás olvidar: los
problemas de salud mental, la violencia, las guerras, las crisis
humanitarias, las exclusiones, el mundo individualista, el agotamiento.
Después comenzó un Vía Crucis interpretado y bailado por los jóvenes, que
en cada estación pasaban la cruz de un piso a otro del escenario del altar
acompañándola con diferentes coreografías incluso colgados con arneses, y que
el papa siguió con atención.
En las meditaciones de las 14 estaciones del Vía Crucis se fueron relatando
los grandes problemas de la juventud de hoy desde la falta de un futuro, a
los problemas de ansiedad o la dependencia de los "me gusta" en las
redes sociales.
"Muchos jóvenes sienten esto hoy, Señor, que nos quitan el futuro. Se
nos dice que la vida está llena de oportunidades, pero es difícil ver
dónde están esas oportunidades cuando el dinero no alcanza, cuando no se
consigue trabajo y cuando tener acceso a la educación es en la práctica, muchas
veces imposible", se escuchó durante el Vía Crucis.
Asimismo, el sentirse "egocéntricos, cada uno centrado en su
móvil, en su negocio, en su isla, esperando una felicidad que no llega. Porque
la verdadera felicidad está en dejarse atraer por el rostro del otro".
"Hoy, Señor, muchos jóvenes tenemos la cabeza complicada. Sufrimos
ansiedades y depresiones, problemas de alimentación, agotamiento. A veces
nos cuestionamos quiénes somos y si merece la pena vivir. A veces nos sentimos
muy deprimidos, con los pies en la tierra. Peor que tener un problema es ser un
problema", se escuchó también.
Pero también el miedo de "cómo será nuestro futuro en este
planeta". "Asistimos al consumo incontrolado de los recursos de la
Tierra, a la extinción de especies, a la devastación de los bosques. Nos
asusta el cambio climático y nos sentimos muy inseguros ante el futuro",
fue otra de las preocupaciones.
"Pero vivimos en una tierra de espejos donde lo que cuenta es la
apariencia, la imagen. Selfis y más selfis. La tiranía del cuerpo correcto y la
sonrisa perfecta. Fotos de ti mismo en las redes sociales en poses
cuidadosamente estudiadas. Posts artificiales a la espera de los likes de los
demás", se escuchó.
Fuente: Ecclesia






