Durante el momento de la oración ante 200.000 fieles y peregrinos, el Santo Padre encomendó a la Virgen María, madre, custodiar a “todos” sus hijos
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| ACI Prensa |
Desde el Santuario de Fátima,
este sábado 5 de agosto, el Papa Francisco propuso una "nueva"
advocación mariana: “Nuestra Señora Apurada” y dirigió un discurso espontáneo a
los fieles presentes, especialmente a los jóvenes enfermos, destacando la
importancia del rezo mariano, una Iglesia abierta para todos y la necesidad de
vivir una vida de esperanza.
“Hay tantas advocaciones de
María”, pero una -que podemos decir también, pensando- es esta: la Virgen que
sale corriendo, cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no
tarda, viene, se apura”, afirmó el Papa Francisco en su alocución en la Capilla
de las Apariciones del Santuario de Nuestra Señora de Fátima.
“Nuestra Señora Apurada. ¿Les
gusta eso? Lo digamos todos juntos: Nuestra Señora Apurada. Se apura para estar
cerca de nosotros, se apura porque es Madre, apressada, en portugués se
dice apressada me dice Mons. Ornelas. Nossa Senhora Apressada”,
agregó.
Debido a que la palabra 'apressada'
en portugués, traducida al español, indica "precipitada",
análogamente, según la Real Academia Española, el término supone la acción de
una persona "que actúa con prisa o precipitación". Así, la expresión
del Papa Francisco puede aludir a una 'Madre apurada', es decir, que la Virgen
María actúa con prisa para ayudar a sus hijos cuando sufren adversidades.
En efecto, durante el momento de
la oración ante 200.000 fieles y peregrinos, el Santo Padre encomendó a la
Virgen María, madre, custodiar a “todos” sus hijos. “Nuestra Señora que
Acompaña, siempre acompaña. Nunca es protagonista”, sostuvo.
Más tarde, invitó a mirar a la
“imagen de María y cada uno piense ¿qué me dice María como Madre?, ¿qué me está
señalando con el dedo? Nos señala a Jesús, a veces nos señala también alguna
cosita que en el corazón no funciona bien, pero siempre señala”.
“Hagamos un pequeño instante de
silencio y cada uno en su corazón diga: Madre ¿qué me estás señalando a mí?
¿Qué hay en mi vida que te preocupa? ¿Qué hay en mi vida que te conmueve? ¿Qué
hay en mi vida que te interesa? Y tú, lo señalas. Y ahí nos señala el corazón
para que Jesús venga”, añadió.
“Esa es María, esa es nuestra
Madre, Nuestra Señora Apressada (apurada), para estar cerca de
nosotros. Que ella nos bendiga a todos. ¡Amén!”, concluyó el Pontífice.
Esta mañana, a su llegada al
Helipuerto de Fátima, el Papa fue recibido por el Obispo de Leiria-Fátima y
Presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal, Mons. José Ornelas
Carvalho.
A continuación, se trasladó en
coche al Santuario de Nuestra Señora de Fátima, donde -después de dar algunas
rondas en el Papamóvil entre los fieles- , el Santo Padre dirigió el rezo del
Santo Rosario con los jóvenes enfermos en la Capilla de las Apariciones.
Tras entrar en la Capilla de las
Apariciones, el Papa Francisco veneró la imagen de la Santísima Virgen de
Fátima y se detuvo en oración silenciosa.
Dos niños ofrecieron al Santo
Padre unas flores que él depositó a los pies de la Madre de Dios y le donó como
regalo un Rosario de oro.
Al final del rezo del Santo
Rosario y después del saludo del Obispo de Leiria-Fátima, el Papa Francisco
pronunció su discurso, sin leer un texto.
Varios jóvenes enfermos rezaron
el Rosario junto al Papa, entre ellos algunos con discapacidad. Ellos reciben
ayuda del Centro de Apoyo a la Discapacidad Juan Pablo II (JPII), el Centro de
Rehabilitación e Integración de Fátima, la Casa del Buen Samaritano y de
Obreros Silenciosos de la Cruz.
En el marco de su viaje a
Portugal para participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, el
Papa Francisco quiso agregar una etapa especial también al Santuario de la
Virgen de Fátima.
Este es el segundo viaje del Papa
a Portugal, después de que, en 2017, haya presidido las ceremonias del
centenario de las apariciones en el Santuario de Fátima.
Su visita de 2017 estuvo marcada
por la canonización de los pastores Jacinta y Francisco Marto, quienes junto a
Lucía Dos Santos vieron en 1917 a la Virgen de Fátima.
La Basílica de Nuestra Señora del
Rosario se encuentra en el lugar donde, el 13 de mayo de 1917, los tres
pastorcillos mientras jugaban "a hacer una albañilería", vieron un
repentino relámpago que les sorprendió tanto que reunieron a su rebaño para
volver a casa, por miedo a que lloviera.
Oración del Papa: “Tú, que
desatas los nudos, deshace los enredos del egoísmo”
A continuación, en la tarde, en
la cuenta en Twitter del Pontífice se publicó un llamamiento para “rezar
juntos”:
“Oh María, nosotros te amamos y confiamos en ti. Y a ti, ahora, nos encomendamos nuevamente. Con corazón de hijos te consagramos nuestras vidas, cada fibra de nuestro ser, todo lo que tenemos y lo que somos, para siempre. Te consagramos la Iglesia y el mundo, especialmente los países en guerra. Obtén para nosotros la paz. Tú, Virgen del camino, abre senderos donde parece que no existen. Tú, que desatas los nudos, deshace los enredos del egoísmo y los lazos del poder. Tú, que nunca te dejas ganar en generosidad, llénanos de ternura, cólmanos de esperanza y haznos gustar la alegría que no pasa, la alegría del Evangelio. Amén”.
Por Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: ACI Prensa






