Tras una breve pausa de verano, la agenda oficial del Papa Francisco nuevamente está llena
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| Gennaro Leonardi Photos | Shutterstock |
Esta mañana recibió a las
Discípulas de la Divina Eucaristía y, en su discurso, aconsejó
"arrodillarse" ante Cristo antes de emprender cualquier acción,
aunque ésta parezca "absurda" a los ojos del mundo
Tras la pausa estival, la agenda
oficial del Papa Francisco vuelve a llenarse a finales de agosto. El Pontífice,
de 86 años, que ha recibido a numerosas personas y grupos desde el comienzo de
la semana, también pronunció un discurso el 25 de agosto de 2023 en el Aula
Pablo VI, ante una numerosa delegación de las Pías Discípulas de la Eucaristía,
con motivo del centenario de su fundación.
Por la mañana, el Papa recibió
oficialmente a seis personas, entre ellas el nuncio apostólico en Francia, el
arzobispo Celestino Migliore, y dos grupos. El día anterior, el 24 de agosto,
recibió a la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana y al secretariado
del Sínodo de los Obispos, a poco más de un mes de la asamblea general de
octubre.
Esta semana, el Papa se reunió
con varias personalidades para hablar del conflicto ruso-ucraniano, entre ellas
la Presidenta húngara, Katarina Novák, y el General Mark A. Milley, Jefe del
Estado Mayor estadounidense, a quien concedió audiencia el lunes. El
miércoles presidió la Audiencia
General, a la que llegó caminando con su bastón, en el Aula Pablo VI,
donde le esperaban miles de fieles.
El Papa argentino, hospitalizado
el pasado mes de junio por una operación abdominal, no parece aflojar el ritmo
a medida que se acerca el otoño, y se le espera en Mongolia -un viaje de más de
10 horas- del 31 de agosto al 4 de septiembre. El 21 de agosto, mientras recibía
a abogados europeos, anunció que estaba redactando una actualización de su
encíclica Laudato si’. Esto ocurrió dos semanas
después de su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud, a la que asistió en
Lisboa del 2 al 6 de agosto.
Esta mañana, al recibir a las
Discípulas de la Divina Eucaristía, congregación fundada en Italia en 1923,
animó a estas religiosas a difundir «una guerra distinta, contra la pobreza y
la injusticia», y «una epidemia distinta, la del amor».
«Hay tanta gente a la que se
considera la escoria de la sociedad», lamentó el jefe de la Iglesia católica,
instando a las consagradas a ocuparse de los «más pobres, (los) más
despreciados y (los) más marginados». En su discurso, también aconsejó
«arrodillarse» ante Cristo antes de emprender cualquier acción, aunque ésta
parezca «absurda» a los ojos del mundo.
I. Media
Fuente: Aleteia






