Una creencia bastante arraigada es la de pensar que para portar la medalla de San Benito tiene que ser obsequiada por alguien, porque si no es así, no tiene el mismo efecto
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Medalla de San Benito |
¿Quién no tiene una medalla
de San Benito, si es tan popular? Muchos influencers católicos
la portan porque saben que tiene un poder especial, sin embargo, se ha
desvirtuado su verdadero sentido, cayendo incluso en la superstición.
Basta con verla colgando de una
pulsera hecha de hilo rojo, junto a un ojo de venado o un ojo turco, para
darnos cuenta de la mezcla de ideas mal fundamentadas, en las cuales se apoyan
muchos cristianos de buena fe.
Y a eso, le añadimos una creencia
más: hay personas que piensan que no pueden comprar la medalla, sino que es
indispensable que, para que haga los efectos que debe, tiene que ser regalada
por alguien. Lamentablemente, esas ideas erróneas están muy difundidas entre
los fieles, incluso los que están más cerca la Iglesia. La verdad es que
cualquier persona puede adquirirla y solicitar a algún sacerdote que la
bendiga.
Usar la medalla no es suficiente para ganar sus gracias
Ya mencionamos que no se trata de
traerla como si fuera un amuleto para la buena suerte. Ciertamente, es
un sacramental, es decir, un objeto de devoción y protección, porque, aparte de
que las letras que la medalla lleva en el frente son un exorcismo, la
oración con la que se bendice también lo es; pero esto de ningún modo es
mágico. Aquí cabe aclarar que para poder recibir las gracias que implica
usar la medalla hay que cumplir con un condicionamiento: vivir de manera
cristiana, apegado a lo que manda Dios; si no, solo será un objeto de ornato.
Lo que sí podemos procurar es que
la oración con la que se bendice la medalla, que la puede realizar cualquier
sacerdote, sea precisamente la que usan los padres benedictinos para
exorcizarla. Vale la pena comentar que no todos los sacerdotes tienen o
conocen esa oración.
Así es que, por su utilidad y
para tenerla a mano, Aleteia pidió al hermano Elías Sánchez, del monasterio
de Nuestra Señora de la Soledad de Atotonilco, Guanajuato, que nos
facilitara la oración, a lo que accedió gentilmente. Es la siguiente:
BENDICIÓN DE MEDALLA DE SAN
BENITO
En el nombre del Padre
Todopoderoso 〸
de Dios Hijo Redentor del mundo 〸
De Dios Espíritu Santo 〸
Yo exorcizo todas las medallas,
el agua y la sal;
contra el poder y los ataques del
demonio:
Que todos los que las usen
devotamente se vean bendecidos con la salud del alma y el cuerpo; la remisión
de los pecados, una vida santa y que les permita contrarrestar las asechanzas
del enemigo.
Y que la bendición de Dios Padre
Todopoderoso, de Dios Hijo Redentor del mundo y de Dios Espíritu Santo,
descienda sobre ellos y sobre ustedes y permanezca para siempre.
AMÉN.
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia