Tal vez te has preguntado por qué en la Iglesia Católica hay algunos templos con el título de basílica y por qué son importantes para la vida de fe. Aquí te lo explicamos
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| ACI Prensa |
La palabra “basílica” proviene
del latín basílica, que deriva del griego basiliké, que
significa “casa real”. En los tiempos del Imperio Romano, una basílica era el
lugar donde se ubicaba el tribunal de justicia.
A lo largo de la historia, los
Papas han otorgado el título de “basílica” a un templo por su importancia
espiritual e histórica.
Una basílica es el centro
espiritual y de evangelización de una comunidad y sirve también para difundir
una devoción especial a la Virgen María, a Jesús o algún santo.
Las basílicas también acogen
tesoros sagrados de la Iglesia Católica, como las tumbas y reliquias de santos,
entre otros.
Existen cuatro templos que llevan
el título de “basílica mayor”. Se encuentran en Roma y son: la Basílica de San
Pedro, la Basílica de Santa María la Mayor, la Basílica San Pablo de Extramuros
y la Basílica de San Juan de Letrán.
Una basílica mayor posee un
altar mayor en el que solo el Papa y sus delegados pueden celebrar la Misa.
Además, se distingue porque tiene
una Puerta Santa que los fieles pueden cruzar durante un Año Santo para ganar
la indulgencia plenaria.
Las “basílicas menores” son los
templos que obtuvieron ese título por una concesión del Papa o del Dicasterio
para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.
Suelen ser en su mayoría
santuarios y catedrales que reciben una gran cantidad de peregrinos por los
tesoros sagrados que custodian o por su importancia histórica.
Actualmente existen más de 1500
basílicas menores en todo el mundo.
Algunas de las más conocidas en
Italia son la de San Lorenzo Extramuros, en Roma; la de San Francisco y la de
Santa María de los Ángeles en Asís.
Algunas basílicas famosas en
diversas partes del mundo son la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en
México; la Basílica del Sagrado Corazón, en Francia; la Iglesia de la Sagrada
Familia, en España; la Basílica de Nuestra Señora de Luján, en Argentina; y la
Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en Colombia.
Partes de una basílica
La parte exterior de una basílica
se llama atrio. El vestíbulo interior se llama nártex y luego le siguen la nave
central, donde se congregan los fieles, y las naves laterales, donde suelen
estar los confesionarios, las capillas y el baptisterio.
En el ábside, la cabecera del
templo, se encuentra el altar mayor, que suele estar cubierto por un
baldaquino, una suerte de cúpula sostenida por cuatro columnas. El baldaquino
más famoso es el de Bernini, que está sobre el altar mayor de la Basílica de
San Pedro.
En algunas basílicas, como San
Pedro y San Pablo de Extramuros, debajo del altar mayor está la tumba de un
santo o mártir.
En la parte trasera del ábside
está la sede donde se sienta el Obispo o el Papa, en caso de que este visite el
templo.
En la parte lateral del ábside
están las sacristías.
La Basílica más antigua del mundo
es la de San Juan de Letrán. Fue edificada sobre el palacio de la familia noble
de los Lateranos que le obsequió el emperador Constantino a la Iglesia
Católica.
El Papa San Silvestre consagró el
templo en el año 324.
Fuente: ACI Prensa






