Jesús “viene a nuestro encuentro” para ayudarnos a vencer nuestros miedos
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El Papa Francisco en el Ángelus. Crédito: Vatican Media |
El Papa Francisco afirmó desde la
ventana del Palacio Apostólico del Vaticano que en los momentos de oscuridad y
cuando “nos sentimos perdidos”, Jesús “viene a nuestro encuentro”
para ayudarnos a vencer nuestros miedos.
Así lo aseguró este domingo 13 de agosto durante el Ángelus,
donde reflexionó sobre el Evangelio del día, que narra el pasaje en el que
Jesús camina sobre las aguas de Galilea para encontrarse con los discípulos que
realizaban una travesía en barca.
El Santo Padre explicó que en este gesto de Jesús “hay
un mensaje” que podemos acoger. En primer lugar, destacó
que, en aquella época, “las grandes extensiones de agua eran consideradas sedes
de fuerzas malignas no dominables por el hombre”.
“Especialmente —continuó— si eran agitadas por
la tempestad, los abismos eran símbolo del caos y hacían referencia a las
oscuridades de los infiernos”.
“Y aquí llega Jesús, que camina sobre las aguas, es
decir por encima de esas fuerzas del mal, y dice a los
suyos: ‘¡Ánimo!, que soy yo; no temáis’. Este es el sentido del signo:
los poderes malignos, que nos asustan y no logramos dominar, con Jesús se
redimensionan”, afirmó el Papa Francisco.
Asimismo, subrayó que Jesús, al caminar sobre las aguas quiere
decirnos: “No temas, yo pongo bajo los pies a tus enemigos”. Aclaró
también que estos “enemigos” pueden ser la muerte, el miedo y el diablo”.
El Pontífice
aseguró que “Cristo hoy repite a cada uno de nosotros: ‘¡ánimo, soy yo, no
temas!’. Ánimo, es decir, porque estoy yo, porque ya no estás solo en las aguas
agitadas de la vida”.
“¿Qué hacer en el miedo, cuando se ve solo oscuridad y nos
sentimos perdidos? Dos cosas, que en el Evangelio hacen los discípulos: ellos
invocan y acogen a Jesús”, señaló más tarde.
Explicó que Pedro “camina un poco sobre las aguas hacia Jesús,
pero después se asusta, se hunde y entonces grita: ‘¡Señor, sálvame!’”.
El Papa Francisco resaltó que “es bonita esta oración, con la cual se
expresa la certeza de que el Señor puede salvarnos, que Él
vence nuestro mal y nuestros miedos”.
Por ello, animó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro
del Vaticano a repetirla “sobre todo en los momentos de tempestad”.
“El Señor sabe que la barca de la vida, así como la barca de la
Iglesia, está amenazada por vientos contrarios y que el mar sobre el que
navegamos a menudo está agitado”.
Asimismo, enfatizó que Jesús “no nos salva de la fatiga de
la navegación”, sino que nos “invita a afrontar las dificultades, para
que también estas se conviertan en lugares de salvación, ocasiones para
encontrarle a Él”.
“Él, de hecho, en nuestros momentos de oscuridad
viene a nuestro encuentro, pidiendo ser acogido, como esa
noche en el lago”.
A continuación, el Papa Francisco realizó las siguientes
preguntas: En los miedos ¿cómo me comporto? ¿Voy adelante solo con mis fuerzas
o invoco al Señor? ¿Y cómo va mi fe? ¿Creo que Cristo es más fuerte que
las olas y que los vientos adversos?”
“Pero, sobre todo: ¿navego con Él? ¿Lo acojo, le hago sitio en
la barca de la vida, le confío el timón? María, estrella del mar, nos ayude a
buscar, en las travesías oscuras, la luz de Jesús”, concluyó el Papa Francisco.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI
Prensa