El Papa Francisco recibió ayer por la mañana a los miembros de la Asociación de Promoción Familiar “Encuentro Matrimonial”, comprometidos con el redescubrimiento, profundización y acompañamiento del sacramento del Matrimonio y del Orden
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| Imagen referencial del Papa Francisco durante la Audiencia General | Crédito: Vatican Media |
Al dirigirse a los presentes en
el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre remarcó que ambos sacramentos
“están íntimamente unidos porque ambos manifiestan el amor de Dios, edificando
el Cuerpo místico de la Iglesia”.
“Estos dos sacramentos, — aclaró
— de modo diverso pero complementario, hablan de la esponsalidad: por una
parte, la donación total, única e indisoluble de los esposos; por otra, el
ofrecimiento de la vida del sacerdote por la Iglesia, son signos del amor
esponsal de Dios por nosotros”.
Centrando su mirada en el tema
elegido por esta asociación, “Somos el sueño de Dios”, el Pontífice afirmó que
el sueño de Dios para nosotros es “unirnos en su amor, en su comunión, hacernos
descubrir la belleza de la filiación divina y de la fraternidad entre
nosotros”.
Aseguró que “por esto Jesús oró
fervientemente” y para ello “nos envía a las calles del mundo para anunciar que
el camino para generar una nueva humanidad se basa en la fraternidad, fruto de
la caridad, no en la prevaricación y el egoísmo”.
El Papa Francisco
destacó el servicio que ofrece esta asociación a la Iglesia y la
sociedad. Algo que, para el Santo Padre “nos recuerda que la fe es, ante todo,
una experiencia de relación y encuentro”.
"Así lleváis adelante el
sueño de Dios, un sueño de comunión esponsal, en un tiempo que a veces prefiere
recorrer los caminos pantanosos del individualismo en lugar de aventurarse
hacia las espléndidas cumbres del amor”.
Para el Papa Francisco, el
“intercambio entre esposos y pastores favorece la acción evangelizadora que hoy
necesitamos con urgencia”.
Explicó que “a través de las
relaciones, sobre todo testimoniando la belleza de las relaciones, es cómo
podemos proclamar la riqueza del Evangelio y mostrar el amor que Dios tiene por
toda criatura”.
Más tarde, les animó a proseguir
su compromiso “con generosidad y pasión” y a poner en circulación “las
experiencias de los cónyuges, de los sacerdotes y de los religiosos; a abrir
las puertas de vuestro camino a los jóvenes y a los novios; a no tener miedo de
abrir nuevos caminos que ayuden a las comunidades cristianas a realizar cada
vez mejor la convergencia entre los cónyuges y sus pastores”.
Asimismo, les instó a dejarse
guiar por el Espíritu Santo, “que es el amor de Dios y sin el cual nuestras
actividades son estériles y vanas”.
Por Almudena Martínez Bordiú
Fuente: ACI Prensa






