En el Ángelus del domingo, 17 de septiembre, el Papa Francisco señaló que cuando perdonamos al hermano o a la hermana, imitamos a Dios que “perdona de forma incalculable”, “excediendo cualquier medida”
![]() |
| El Papa Francisco durante el Ángelus de este 10 de septiembre | Crédito: Vatican Media |
En la plaza de San Pedro, el
Obispo de Roma abordó el tema del perdón. El Evangelio del día, basado en Mateo
18,21-35, narra un diálogo entre Pedro y Jesús que gira en torno a cuántas
veces debemos perdonar a quienes nos ofenden.
El perdón, subrayó el Papa
Francisco, es esencial para la paz y la sanación en la sociedad.
“Fuera del perdón, de hecho, no
hay esperanza; fuera del perdón no hay paz. El perdón es el oxígeno que
purifica el aire contaminado por el odio, es el antídoto que cura los
venenos del rencor, es el camino para calmar la rabia y sanar tantas
enfermedades del corazón que contaminan la sociedad”, indicó el Santo Padre
desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano ante los miles de fieles y
peregrinos congregados para el rezo del Ángelus.
Perdonar es una condición para ser cristianos
El Pontífice resaltó la
importancia del perdón en la vida de los cristianos, afirmando que perdonar no
es simplemente una buena acción opcional, sino una condición para seguir el
camino de Cristo. E invitó a imitar el estilo de Dios: cercanía, compasión y
ternura.
“El mensaje de Jesús es claro”:
Dios “actúa por amor y por gratuidad. Nosotros no podemos repagarlo pero,
cuando perdonamos al hermano o a la hermana, lo imitamos. Perdonar no es
por tanto una buena acción que se puede hacer o no: es una condición
fundamental para quien es cristiano”.
Cada uno de nosotros, explicó el
Papa Francisco, es un beneficiario del perdón divino, de hecho, es un
“perdonado” o una “perdonada” ya que Dios nos ha dado la vida y nos perdona
constantemente.
“Dios ha dado la vida por
nosotros y de ninguna forma podremos compensar su misericordia, que Él no
retira nunca del corazón. Pero, correspondiendo a su gratuidad, es decir
perdonándonos unos a otros, podemos testimoniarlo, sembrando vida nueva en
torno a nosotros”, afirmó el Pontífice.
Ejercicio práctico para aprender
a perdonar
Al respecto, como un ejercicio
práctico, el Papa Francisco invitó a los fieles a pensar en una persona que los
haya herido y a pedir al Señor la fuerza para perdonarla, haciendo hincapié en
que el perdón en nombre del amor del Señor restaura la paz en el corazón.
“Preguntémonos, entonces: ¿yo creo que he recibido de Dios el don de un perdón inmenso? ¿Advierto la alegría de saber que Él siempre está preparado para perdonarme cuando caigo, también cuando los otros no lo hacen, también cuando ni siquiera yo logro perdonarme a mí mismo? Y ¿sé perdonar a su vez a quien me ha hecho daño?”, cuestionó el Santo Padre.
El Papa Francisco concluyó su
reflexión invocando la intercesión de María, la Madre de la Misericordia, para
que nos ayude a acoger la gracia de Dios y a perdonarnos mutuamente en un
espíritu de amor y reconciliación.
El Evangelio
En su tradicional Ángelus
dominical, el Obispo de Roma comentó el Evangelio de Mateo 18,21-35. “Pedro
pregunta a Jesús: 'Señor, ¿cuántas veces tengoque perdonar las ofensas que me
haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?' (v. 21)".
"Siete, en la Biblia, es un
número que indica plenitud, y por tanto Pedro es muy generoso en los
presupuestos de su pregunta. Pero Jesús va más allá y le responde: ‘No te digo
hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete’ (v. 22). Es decir, le dice
que cuando se perdona no se calcula, que está bien perdonar ¡todo y siempre!
Precisamente como hace Dios con nosotros, y como está llamado a hacer quien
administra el perdón de Dios: perdonar siempre”.
Por Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: ACI Prensa






