Si te matas, ayudarás a muchos: la idea perversa que se transmite al suicida
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Foto de 2017 de Beatriz Domínguez-Gil al ser nombrada directora de la ONT - ahora fomenta cosechar órganos de eutanasiados |
Igual que el Parlamento español implantó una Ley de Eutanasia sin
consultar a asociaciones médicas, bioéticas ni sanitarias, ahora la Organización Nacional de
Trasplantes ha empezado a cosechar órganos de eutanasiados con un protocolo elaborado a toda prisa y
sin consultar con más organismos ni con la comunidad médica o bioética.
El Colegio de Médicos de Madrid ha denunciado que este nuevo Protocolo Nacional
de Donación de Órganos plantea
numerosas inquietudes éticas y conflictos de interés: ¡interesa que muchos
se suiciden con eutanasia para cosechar sus órganos! Se crea una nueva cultura
utilitaria.
El contexto: menos muertes en
accidentes son menos donaciones
España es una superpotencia mundial en trasplantes y lo es desde
hace muchos años. Pero recientemente han ido cambiando cosas. Muchos órganos
venían de personas que morían en accidentes de coche o accidentes laborales y estas muertes son,
afortunadamente, cada vez menos. Además, España es un país muy envejecido,
muchos donantes fallecen muy ancianos y con muchas enfermedades, lo que reduce
su elegibilidad.
Nada de esto es catastrófico, porque sigue habiendo muchas donaciones, pero pone un
marco a la extraña rapidez con que la Organización Nacional de Trasplantes se
ha abalanzado, casi sin reflexión ética, a cosechar órganos de las personas que se matan mediante la
eutanasia.
La eutanasia cambia nuestra
civilización
La eutanasia (práctica no médica, condenada por la
Organización Médica Mundial) es un cambio de civilización. De repente, los médicos,
que cuidaban y a menudo curaban, pasan a ser unos técnicos que a veces matan, o
ayudan a suicidarse. Matan
con un veneno o proporcionan el veneno (para el suicidio asistido). De
hecho, suelen ser dos
venenos: uno paraliza primero, el segundo mata al paralizado. Hay
dudas sobre el dolor o angustia que pueda causar el segundo, ya que el primero,
paralizante ("relajante muscular", le llaman), impide expresar nada
al suicida (véase aquí la denuncia del
anestesista Joel Zivot)..
Todo eso se viste con música, bombones y palabras bonitas de
sanitarios y parientes. Entre las palabras
bonitas, las que alaban al suicida por quitarse la vida y entregar sus órganos que
ayudarán a otros: muerto es más útil.
No hace falta tener una enfermedad grave para desarrollar esa
idea: suicidas sanos de todas las edades se dicen una y otra vez que lo mejor
que pueden hacer por su entorno es suicidarse.
El análisis ético del Colegio
de Médicos de Madrid
La Comisión de Deontología del Ilustre Colegio Oficial de Médicos
de Madrid (ICOMEM) ha difundido ahora un documento de
posicionamiento sobre la donación de órganos en esta nueva e
inquietante sociedad que está creando la eutanasia.
En declaraciones recogidas en La Razón, algunos
de estos expertos en deontología médica denuncian que "al igual que la
aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia fue aprobada de una
manera precipitada, sin un debate ético médico y social adecuado, este protocolo debería haber
sido objeto de un debate ético y deontológico más profundo, contando
con el consenso de los comités de ética o el asesoramiento de las comisiones deontológicas ajenas a
la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)".
Piden "seguir reforzando las salvaguardas necesarias, el respeto a los valores
éticos y la confianza social obtenida a lo largo de tantas décadas de
actividad trasplantadora".
Se entiende que el nuevo protocolo de la ONT no lo cumple
suficientemente.
Por ejemplo, no está claro que el protocolo proteja una decisión
"verdaderamente autónoma" del eutanasiado, no hay mecanismos que impidan la "instrumentalización de la
persona, en beneficio de un aumento del número en las donaciones".
Son enfermos especialmente débiles y sufrientes, y es fácil
coaccionarlos (y hacerles coerción y gaslighting).
¿En casa o en el hospital?
A menudo los
eutanasiadores alaban la práctica de las eutanasias en el domicilio, aunque
los parientes (que se van a quedar el piso o ya viven allí) no siempre querrán
recordar, al pasar por tal o cual habitación, que allí pusieron la inyección
letal a su familiar.
Muchos -parientes y eutanasiadores- pueden preferir hacer la
eutanasia en el hospital. Mientras en una habitación de una clínica luchan por
salvar vidas, en la de al lado las quitan.
Pero aplicar la donación y extracción de órganos a la eutanasia,
implica más preguntas éticas, "particularmente en lo que se refiere a la sedación y soporte vital
extraordinario que implican riesgos injustificados y son contrarios a
los criterios de aplicación ética de estos procedimientos", señalan los
médicos del Colegio de Madrid.
Además, en España, la buena ética médica exige que la donación sea
siempre anónima y ajena a todo comercio de órganos. "La continuidad existente entre el acto eutanásico,
expresamente rechazado en nuestro Código Deontológico (CD, art 38.1), y el
explante de órganos para su donación, nos indican que se trata de
actos necesariamente engarzados, por lo que la separación entre ambos
procedimientos podría en ser en verdad un constructo artificial",
denuncian. Que el protocolo de la ONT insista sobre el papel que son "procesos
independientes" en la práctica sería papel mojado.
Alabanzas a los que se
eutanasian
Si muchas personas -sanas o no- pensaban que muertas harían mayor bien y servicio a la sociedad,
o a sus seres queridos, y serían más apreciados, las alabanzas a los que se
eutanasian y entregan sus órganos en donación ayudarán a que crezca el número.
La Ley de Eutanasia entró en vigor en junio de 2021. Para
diciembre de 2022, según recogía agencia Efe, ya eran 44 los eutanasiados que
entregaban órganos (un 13% hasta el momento), que se implantaron en 120
pacientes que esperaban trasplantes. De todas formas, las cifras en todo lo que
tiene que ver con la eutanasia en España son siempre dudosas y
orientativas.
Ya en diciembre, la directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, decía en Efe que "la avalancha [de órganos de
eutanasiados] a día de hoy ha sido francamente llamativa". Hablaba
de "la generosidad de
estas personas [los eutanasiados] que después de pasar por una
decisión muy complicada para ellos y su entorno familiar optan por este gesto
de generosidad sublime".
Explicaba que donar los órganos significa recibir la eutanasia en
el hospital, pero "ha habido casos en los que se les ha sedado en su domicilio para que la última imagen que
se lleven sea la de sus allegados, explicó Domínguez-Gil.
Es decir: en
su casa les duermen-paralizan; dormidos los llevan al hospital y allí se les
aplica la inyección letal.
En un artículo en el diario balear UltimaHora en
junio de 2023, hablando del nuevo protocolo de trasplantes con eutanasiados en el Hospital Son
Espases, el doctor Julio Velasco, coordinador de trasplantes, explicaba
que la muerte debe producirse en el hospital. El paciente, dice el artículo, entra por sus medios, consciente,
respirando, y se le da una habitación individual en una planta convencional, normalmente
relacionada con su patología. Se busca dar comodidad al paciente, tiempo y
espacio para despedirse.
Tampoco demasiado tiempo, se entiende, porque el hospital no es un
hotel.
El veneno
letal lo aplica el responsable de la eutanasia, que suele
ser un médico de Atención Primaria. El equipo de trasplantes y donación entra
luego. "Nosotros
siempre entramos detrás", detalla la directora médica de la ONT,
Elisabeth Coll, como destacando que ellos no hacen eutanasias, sólo recogen
órganos. Aclara que "hay
unas recomendaciones estatales pero en cada hospital se hace una manera". Eso
explicaría la variante que comentaba Domínguez-Gil: dormir al donante en su
casa pero matarle en el hospital, con los recogedores de órganos esperando en
la puerta.
Matar al enfermo con
eutanasia es "una nueva línea de crecimiento"
Entrevistada en enero de 2023 en El
Mundo, Domínguez-Gil señalaba directamente que "la ley de eutanasia ha
abierto una nueva línea de crecimiento" en el número de
donaciones.
"En el caso de la eutanasia adquiere una dimensión
extraordinaria, se trata de atender el deseo de una persona que se ha
enfrentado a una decisión tan complicada como la de solicitar esa prestación y
tiene esa generosidad de ser donante de órganos", insistía, alabando al
eutanasiado.
El nuevo protocolo de la ONT, admitía su dirigente, existe
"sobre todo para responder
al deseo de esas personas que querían donar, por lo que el proceso está
orientado hacia el paciente que se va, no hacia el que necesita el
trasplante".
Mientras los
expertos en deontología del Colegio de Médicos de Madrid piden multiplicar los
controles en las donaciones por eutanasia, no parece que la ONT vaya a
encargarse de ello, en parte por falta de personal. Como decía su directora, la
tarea de la ONT "significa inclusión de datos en los sistemas de
información, vigilancia de los procedimientos, reporte de resultados
postrasplantes... Todo va sumando trabajo y, sin embargo, la estructura en
cuanto a recursos humanos está exactamente igual que estaba hace 10 años".
No hay personal ni mucha conciencia, así que parece que nadie creará la figura del "Preventor de
Coacciones" ni nada similar en la ONT.
En junio de 2023, entrevistada en Redacción
Médica, la directora de la ONT insistía en alabar a los
eutanasiados por su "valentía". "Sabíamos que los
pacientes que solicitan la prestación de ayuda para morir iban a solicitar
también ser donantes. Nos preparamos para ello y a raíz de todas las
solicitudes que efectivamente empezamos a recibir, fuimos desarrollando todo un protocolo nacional, y
la verdad es que es un programa que nos genera también un aprendizaje continuo
de estas personas por su valentía".
Tráfico de órganos, eutanasia
y países pobres
En la misma entrevista recordaba que según la Declaración de
Estambul sobre tráfico de órganos, la Asamblea Médica Mundial y recientes
modificaciones del Código Deontológico español "al profesional sanitario se le debe generar la obligación
de notificar casos sospechosos o confirmados de tráfico de órganos, incluso
en contra del deber de secreto profesional", si bien aseguraba que "en España no hay
problemas de tráfico de órganos, estamos muy blindados frente a este tipo
de delitos por nuestro Código Penal, por nuestra forma de funcionamiento y
sobre todo, porque tenemos la mejor fórmula para prevenirlo, que es que nuestros pacientes acceden al
trasplante y no se ven forzados a implicarse en ningún tipo de
actividad delictiva".
Pero a nivel internacional, calcula que "hasta un 5 o 10 por ciento de los trasplantes que se
hacen en el mundo podrían ocurrir en el contexto de algún tipo de compraventa de órganos, pero
no existe una medición real".
¿Qué pasaría si se aprueba la eutanasia y su cosecha rápida de
órganos en países donde el acceso a los trasplantes es más difícil y depende
del dinero?
Pablo J. Ginés
Fuente: Religión en Libertad