5.11.23

¿QUIÉN VA AL PURGATORIO DESPUÉS DE LA MUERTE?

 El Purgatorio es un estado en el más allá que prepara al alma para las alegrías del Cielo

Renata Sedmakova | Shutterstock

Los católicos creen que el purgatorio existe y es un estado en el más allá que prepara a las almas para entrar en la bienaventuranza celestial de la vida eterna.

¿Quién va al purgatorio?

El Purgatorio no es para todos los que mueren, sino sólo para aquellas almas que necesitan mayor purificación y preparación para el Cielo.

El Catecismo de la Iglesia Católica da la siguiente definición:

Todos los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero todavía imperfectamente purificados , tienen ciertamente asegurada su salvación eterna; pero después de la muerte pasan por una purificación, a fin de alcanzar la santidad necesaria para entrar en el gozo del cielo.

CCC 1030

La Enciclopedia Católica ofrece una definición similar, llamando al purgatorio “un lugar o condición de castigo temporal para aquellos que, al partir de esta vida en la gracia de Dios, no están enteramente libres de faltas veniales , o no han pagado plenamente la satisfacción debida a sus transgresiones”.

Esencialmente este estado está reservado a las personas que quieren entrar por las puertas del Cielo, pero que todavía tienen algún apego a las cosas terrenas.

Algunos han utilizado el siguiente ejemplo. En el bautismo se nos da una vestidura blanca y al morir debemos presentar a Dios esa misma vestidura blanca sin mancha. Sin embargo, si esa prenda todavía tiene algunas manchas, es necesario purificarla. En este ejemplo el purgatorio se ve más como una lavandería, donde se va a purificar esa prenda blanca.

Las almas que sean capaces de presentar ese vestido blanco sin mancha ni arruga alguna, podrán entrar inmediatamente al Cielo.

Por otro lado, a las almas que no quieren estar en la presencia de Dios y que libremente lo rechazan no se les permite entrar en el purgatorio y eligen libremente entrar en el Infierno.

El Purgatorio no es un lugar al que va todo el mundo, pero existe gracias a la Divina Misericordia de Dios, quien nos ofrece un estado de paso por el que podemos ser purificados antes de alcanzar la gloria del Cielo.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia


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