El traslado desde el Santuario por la Calle
Real, inédito desde hace cien años, reúne a miles de personas en el recorrido
hasta la Plaza Mayor
Fue como se esperaba, multitudinario. El recibimiento
de los segovianos, devotos o curiosos, y de muchos turistas a la patrona de
Segovia llenó las calles a lo largo de todo el recorrido urbano en el traslado
de la Virgen de la Fuencisla a la Catedral este jueves para la celebración de
la novena del centenario de su coronación canónica.
Desde la salida del santuario de las Peñas Grajeras,
una vez que la Cofradía de la Virgen de la Fuencisla de Madrid hiciera su
ofrenda, hasta la entrada de la carroza en la Plaza Mayor pasaron las dos horas
y media casi justas que calculó el coordinador del cortejo, Emilio Montero. La
imagen de la Virgen esperó un poco para llegar y que se cumpliera el horario. Y
el cielo, muy nuboso todo el día, respetó la solemnidad de esta procesión
inédita en la forma, con la patrona luciendo el Manto del Sol que le regaló la
ciudad a principios del siglo XIX para subir por la Calle Real, reviviendo el
itinerario de 1916.
La carroza con la imagen de la Virgen de la Fuencisla
(ya coronada) llegó a la plaza del Azoguejo, donde aguardaban desde mucho antes
cientos de personas, a las ocho menos cuarto. Escoltada por una escuadra a
caballo de la Guardia Civil con traje de gala y con la carroza flanqueada por
otros seis guardias, emprendió la subida por la calle Cervantes y le seguía la
Banda de la Unión Musical Segoviana, que tocaba con aire solemne el ‘Himno de
la Fuencisla’, y detrás las cruces parroquiales territoriales, las de San
Martín, San Millán, San Miguel, San Marcos, la Minerva y la Adoración Nocturna,
y la de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, que esperaban en
la plaza de Artillería para unirse, igual que la reina y las damas de las
fiestas (representando así a todos los barrios) vestidas con el traje
tradicional.
En cuanto pasaba el cortejo, los cientos de personas
que aguardaban en cada lado de la calle se unían al final para subir a la Plaza
Mayor.
En la Calle Real hubo
algunos balcones adornados con colgaduras (con la bandera española o el emblema
mariano, no tantos como hace cien años) y ya en la Plaza Mayor, las autoridades
civiles (junto a la alcaldesa Clara Luquero la presidenta de las Cortes, Silvia
Clemente) y militares recibieron a la patrona, a la que rindió honores la
unidad de alumnos de la Academia de Artillería antes de que el grupo de La
Esteva danzara ante la imagen.
Luego, ya en la Catedral,
los bomberos (con sus cordones rojos de gala) estaban preparados para situar a
la Virgen en su trono del altar mayor, y cuando llegó la imagen, con la nave
central repleta como la plaza, los devotos aplaudieron.
El
obispo, César Franco, recibió a la Virgen en nombre todos, «llenos de júbilo
para acogerla en su casa», en el centenario de su coronación, «porque es
reina», para imponerle después la medalla de oro acuñada por la Cofradía de
Nuestra Señora de la Fuencisla. Con cientos de voces cantando el Himno de la
patrona terminó el evento. Hoy comienza la novena del centenario.
MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ
Fuente:
El Norte de Castilla