Eucaristía y Culto eucarístico
Culto significa
devoción. A la Eucaristía, donde Jesús está realmente presente, debemos dar
culto de adoración, porque es Dios quien se esconde detrás de las especies de
pan. Pero es el mismo Cuerpo de Cristo. Ya no es pan sino el Cuerpo santísimo
de Jesús.
Hay un culto
público:
Solemnidad y
procesión del Corpus. Se introdujo en la Iglesia en el
siglo XIII, por revelación privada del Señor a la beata Juliana de Cornillón. Y
fue el papa Urbano IV quien aprobó esta fiesta en el mismo siglo XIII. En esta
fiesta damos culto de adoración a la Presencia real de Cristo.
Congresos
Eucarísticos. Tuvieron su origen en Francia en el
siglo XIX, siglo duro, donde el laicismo, quiso quitar a Dios de la vida, e
hizo sus estragos. Fue San Pedro Julián Eymard el iniciador de los congresos
con el lema: “Salvar al mundo por la Eucaristía”. León XIII
aprobó este proyecto y el Primer Congreso Eucarístico Internacional se tuvo en
Lille en 1881, Francia. Hasta ahora se han celebrado 46 Congresos
Internacionales. El penúltimo en Roma en Junio de 2000 y el anterior en Polonia
en 1997. El último fue en México, en octubre de 2004. León XIII proclamó en
1897 a San Pascual Baylón patrono de los Congresos Eucarísticos por su vida y
predicación centrada en la Eucaristía.
La exposición
del Santísimo Sacramento, para la
devoción y culto a la Presencia real de Cristo. Esta práctica aparece por
primera vez en la vida de Santa Dorotea en 1394. La custodia nació del deseo de
los fieles de ver la Hostia Consagrada. Tuvo origen en la Edad Media como
reacción ante los errores de Berengario de Tours, quien negaba, entre otras
cosas, la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Esta devoción se
incrementó en los siglos XVI y XVII. Aparece la práctica de la adoración
perpetua y la exposición de todos los jueves. Al final de la exposición, se da
la bendición con el Santísimo Sacramento.
Hay también un
culto privado, personal.
Visita
Eucarística. La Iglesia recomienda la oración
personal ante el Santísimo Sacramento por medio de visitas al Sagrario de
nuestras iglesias, capillas y oratorios en donde está presente Nuestro Señor
Jesucristo. Aquí se disfruta de un trato íntimo; abrimos nuestro corazón
pidiendo por nosotros y por todos los demás, rogamos la paz y la salvación, se
crece en la amistad, en las virtudes y sobre todo adoramos y agradecemos.
Comunión
espiritual a lo largo del día. Como expresión
de gratitud por la comunión sacramental recibida y como preparación para
recibir con fervor la Comunión Sacramental. Es el termómetro de la sincera
amistad con Jesús y la expresión más genuina y exacta de la verdadera e íntima
comunión con Jesús: “donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
Estas comuniones espirituales las podemos hacer caminando, trabajando,
estudiando...Basta elevar nuestro pensamiento a Cristo Eucaristía y anhelar su
presencia sacramental.
El Corpus
Christi es la fiesta pública a Cristo Eucaristía, a quien paseamos por las
plazas, dándole nuestro tributo y homenaje de adoración. ¡Viva Jesús
Sacramentado! Pidamos que nunca falte este culto dedicado al Santísimo
Sacramento.
Por: P. Antonio Rivero LC






