En su Ángelus, muestra que
conocemos a Jesús pero quizá aún “no lo hemos todavía reconocido como nuestro
Salvador”
Jesús
habla de un agua diversa”, dijo Francisco explicando el Evangelio del Tercer
domingo de Cuaresma, que refiere el diálogo de Jesús con la samaritana, antes
del rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Papa
Francisco explicó que cuando la mujer se da cuenta que el hombre con el que
está hablando es un profeta, “le confía la propia vida y le pone cuestiones
religiosas”, la mujer muestra que “su sed de afecto y de vida plena no ha sido
apagada por los cinco maridos que tuvo, es más ha experimentado desilusiones y
engaños.
En
su intervención explicó que “el agua que dona la vida eterna fue infundida en
nuestros corazones en el día de nuestro bautismo, ahora Dios nos ha
transformado y llenados de su gracia. Pero puede darse que hayamos olvidado
este gran don, o reducido a un mero dato, y quizá vamos en busca de “pozos” aunque
no nos sacian la sed”.
El
Evangelio es precisamente para nosotros. “Jesús nos habla como a la
samaritana. Ciertamente nosotros ya lo conocemos pero quizá no lo hemos acogido
personalmente, y no lo hemos todavía reconocido como nuestro Salvador”, añadió
el Papa: “Este tiempo de Cuaresma es la ocasión buena para acercarse a él,
encontrarlo en la oración en un dialogo corazón a corazón, ver su Rostro en el
rostro de un hermano o de una hermana sufriente”.
“De
este modo podemos renovar en nosotros la gracia del bautismo, saciarnos en la
fuente de la Palabra de Dios y de su Santo Espíritu, es así descubrir la gloria
de convertimos en artífices de reconciliación e instrumentos de paz en la vida cotidiana.”
Alvaro Real
Fuente:
Aleteia