El Papa Francisco presidió
hoy la Misa de Pascua de
Resurrección en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y aseguró que “en esta
tierra de dolor, de tragedia, con la fe en Cristo resucitado, tenemos un
sentido”
A
continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco en la Misa de
Domingo de Pascua, gracias a la traducción de Radio Vaticano:
Hoy
la Iglesia repite,
canta, grita, Jesús ha resucitado, pero ¿cómo es esto? Pedro, Juan y las
mujeres fueron al sepulcro y estaba vacío, pero Él no estaba. Y fueron con el
corazón cerrado de la tristeza, la tristeza de una derrota, el Maestro, su
Maestro, aquel que tanto amaban ha sido justiciado y muerto y de la muerte no
se regresa.
Esta
es la derrota, este es el camino de la derrota, el camino hacia el sepulcro.
Pero el ángel les dice: no está aquí, ha resucitado. El primer anuncio, ¡ha
resucitado!
Después
la confusión, el corazón cerrado, las apariciones, ellos cerrados, toda la
jornada en el cenáculo porque tenían miedo que les sucediera a ellos lo que le
sucedió a Jesús.
Y
la Iglesia no deja de decir a nuestros fracasos, a nuestros corazones cerrados,
temerosos… ¡detente!, el Señor ha resucitado. Pero si el señor ha resucitado
como es que suceden estas cosas, como es que suceden tantas desgracias,
enfermedades, tráfico de personas, trata de personas, guerra, destrucción,
mutilación, revancha, odio… ¿dónde está el Señor?
Ayer
llame por teléfono a un joven con una enfermedad grave, un joven culto, un
ingeniero, y hablando para darle un signo de fe le dije: no hay explicaciones
para lo que te sucede, mira a Jesús en la cruz, dios hizo eso
con su hijo, no hay otra explicación.
Y
él me ha contestado: sí. Pero se lo ha pedido al hijo y el hijo a dicho: sí.
Pero a mí no me han preguntado si quería esto, y yo no he dicho que sí. Esto
nos conmueve, ha ninguno de nosotros nos han preguntado si estamos contentos
con lo que pasa en el mundo, si estamos dispuestos a llevar a delante esta
cruz… y la cruz va a delante y la fe en Jesús se viene abajo, por eso la
Iglesia continúa diciendo ¡Jesús ha resucitado!
Y
esto no es una fantasía. La resurrección de Cristo no es una fiesta con flores;
es algo más. Es el Misterio de la piedra descartada que termina por ser el
fundamento de nuestra existencia, ¡Cristo ha resucitado!. Y esto significa en
esta cultura del descarte, donde eso que no sirve toma el camino del “usa y
tira” y todo lo que no sirve viene descartado; esa piedra que ha sido
descartada es fuente de vida.
También
nosotros pequeñas piedras, en esta tierra de dolor, de tragedia, con la fe en
Cristo resucitado, tenemos un sentido. En medio de tanta calamidad, sin mirar
más allá, no hay un muro sino un horizonte. Está la vida, está la gloria, es la
cruz con esta ambivalencia.
Mira
adelante, no te cierres, tú pequeña piedra tienes un sentido en la vida porque
eres una piedra tomada de aquella gran piedra que la maldad del pecado ha
descartado.
“¿Qué
nos dice la Iglesia hoy ante tantas tragedias? simplemente esto; la piedra
descartada no resulta realmente descartada. Las piedritas que creen y se
aferran a esa piedra no son descartadas, tienen un sentido”. Con este
sentimiento la Iglesia repite desde dentro del corazón, ¡Cristo ha resucitado!
Pensemos
un poco cada uno de nosotros en los problemas cotidianos, en las enfermedades
que cada uno de nosotros hemos vivido o alguno de nuestros familiares; pensemos
en las guerras, en las tragedias humanas, y simplemente con voz humilde, sin
flores, solo delante de Dios, delante de nosotros mismos.
No
se cómo va esto pero estoy seguro que Cristo ha resucitado y yo apuesto por
esto. Hermanos y hermanas esto es lo que quería decirles. Vuelvan a casa hoy
repitiendo en sus corazones ¡Cristo ha resucitado!
Fuente:
ACI Prensa