El
coordinador para la reforma del IOR precisa: “Se han introducido los controles
que tiene todo país avanzado para prevenir conductas erróneas”
El
obispo español Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio Consejo para los
Textos Legislativos, fue nombrado en 2013 por el Papa Francisco coordinador de
la comisión para la reforma del Instituto para Obras de Religión, conocido
popularmente como el Banco Vaticano. En entrevista con Religión Confidencial,
afirma que el banco “está regulado y en orden”.
El trabajo del Pontificio
Consejo consiste principalmente en armonizar la interpretación de las leyes de
la Iglesia.
Consultas por nulidades
matrimoniales
“La
misión del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos es ayudar al Papa y
a los obispos en todas aquellas consultas que nos hacen llegar, y cómo aplicar
las leyes de la Iglesia. Este es nuestro trabajo: ayudar al Papa y a los
obispos de todo el mundo y, sobre todo, a los que se encuentran en tierras de
misión. Y para realizarlo no necesitamos especiales poderes, sino estudio.”,
afirmó Arrieta durante su conferencia a un nutrido grupo de canonistas,
celebrada en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de
Comillas.
“Para
orientación de todos, en nuestra
web venimos publicando respuestas a cuestiones que nos consultan los
obispos que pensamos pueden tener interés más general. Últimamente, con el
Mutuo Proprio de Francisco Mitis Iudex Dominus Iesus, sobre la reforma del
proceso canónico para las causas de nulidad matrimonial, nos llegan cuestiones
sobre muchos temas, como la gratuidad, la posibilidad de nombrar jueces
laicos, etc., y también asuntos como las dispensas matrimoniales entre
católicos y de otra religión”, explica a Religión Confidencial.
Algunas
cuestiones son específicas de un determinado país, como las que plantean los obispos
de Estados Unidos, por ejemplo, sobre su responsabilidad en las actuaciones de
los hospitales católicos de sus diócesis, o sobre la orientación de escuelas
católicas, etc.
Regulación del Banco
Vaticano
Arrieta
cuenta a RC que “el trabajo que ha hecho la Santa Sede en los últimos
años en cuanto a la reforma económica y financiera, y por atender a la
buena gestión de los bienes de la Iglesia, ha sido enorme”.
“La
buena gestión del patrimonio y la administración de los bienes de la Iglesia,
requiere de profesionales expertos, personas que se formen bien en este
terreno. Ha comenzado en el Vaticano, y es de esperar que igual atención por la
buena gestión del patrimonio se extienda en las diócesis de todo el mundo”.
El
obispo español subraya que se han introducido instrumentos de control para
prevenir malas prácticas. En el pasado, por ejemplo, era normal que
clérigos o laicos llevasen dinero contante al banco vaticano, como lo hacen a
cualquier banco italiano, sin darse cuenta que estaban pasando a otro país, y,
por tanto, incurriendo en un tráfico de divisas. Por ejemplo, algunas monjas o
religiosos ecónomos pasaban de Italia al Vaticano con bolsas llenas de
donativos para ingresar en el IOR, como si fuera un banco italiano. “Si uno
está viviendo en Roma, no se percata que está pasando a otro país. Eso y tantas
otras cosas está ahora muy regulado. El Vaticano se rige ahora sustancialmente
con los mismos criterios de control que existen en Italia o en España”,
explica.
En
esta línea, Arrieta da fe que se ha “ordenado y regulado el Instituto para las
Obras de Religión (IOR), conocido fundamentalmente como Banco Vaticano, gracias
a la labor de Benedicto XVI y la intervención de Francisco”.
Patrimonio de los
Institutos Religiosos
En
lo que se refiere a la gestión del patrimonio de los Institutos Religiosos,
la Congregación de Religiosos lleva unos cuantos años trabajando en unas normas
para que la administración patrimonial de los institutos sea cada vez más
rigurosa, equilibrando siempre la necesidad de conservar el patrimonio,
haciendo frente a las varias contingencias de promover nuevas iniciativas,
fundir distintas obras (colegios, hospitales, etc.), y así, cumplir
correctamente la misión evangélica de esa obra concreta de la Iglesia.
Arrieta
puntualiza que no hay que olvidar que “el Estado Vaticano es de dimensiones
microscópicas, puramente funcional para proteger la independencia del Santo
Padre de todo poder político. A pesar de ello, para estar a la altura de
los controles financieros internacionales, ha habido que legislar sobre
cuestiones quizás sin sentido para la Santa Sede pero que así lo exigían las
convenciones internacionales que ella ha firmado”.
Por
ejemplo, el Vaticano ha tenido que tipificar delitos como el de atentando
terrorista nuclear en planta petrolífera, que puede parecer poco probable, pero
era necesario para secundar las convenciones internacionales firmadas por el
Vaticano.
Una nueva
prelatura
Respecto
a si la Iglesia aprobará próximamente una nueva prelatura, monseñor Arrieta
considera que “es una opción muy posible para la Fraternidad Sacerdotal San Pío
X (los lefebvrianos) por los datos que hay a corto plazo. La
problemática de tipo doctrinal se ha apaciguado y concretado. El superior
general, monseñor Bernard Fellay, en manifestaciones públicas, ha expresado su
deseo de unidad de toda la Iglesia Católica”.
El Papa a la curia
romana
En
relación con los discursos que ha dirigido el Papa Francisco en los últimos
años a la curia romana, y que han tenido tanto eco e impacto tanto dentro como
fuera de la Iglesia, Arrieta considera que han indicado el modo de
trabajar al servicio de la Iglesia.
“Han
sido muy positivos, porque han centrado la necesidad de trabajar en equipo y
con mayor espíritu de servicio. A partir de las advertencias del Papa, se están
realizado además cursos de formación del personal de la curia que están siendo
muy positivos”, afirma.
“La
preocupación del Papa -añade- es que la curia trabaje en equipo y en
comunión, con espíritu de servicio. Dejando a un lado el chismorreo y el
carrerismo. Pedir la colaboración de los demás, no creer que ninguno tiene la
solución de todo, no ser autorreferencial, es un desafío de crecimiento
personal”.
Por
último, monseñor Arrieta desvela a Religión Confidencial que el
Consejo Pontificio del que es secretario espera publicar en breve un libro,
de casi mil páginas, sobre los trabajos y debates que tuvieron lugar durante
la revisión del Código canónico en torno al proyecto de ley fundamental, que
no llegó a promulgarse: un tema que podría interesar a los canonistas, pues
muestra la relevancia doctrinal de muchos cánones del Código que se promulgó en
1983. En él, se recogen los trabajos y discusiones de distintos autores sobre
la reflexión, desde el punto de vista jurídico, de los sacramentos y otros
aspectos doctrinales.
Fuente: Religión Confidencial