El sacerdote de guardia acude siempre
con un laico o una religiosa, y sus principales funciones son administrar la
unción de enfermos y acompañar
El
Servicio de Asistencia Religiosa Católica de Urgencia (SARCU), creado recientemente
en la diócesis de Madrid por impulso del cardenal Carlos Osoro, que se puso en
marcha el 15 de mayo, ha atendido ya varios casos de “urgencia vital”, según
explica a RC el sacerdote diocesano Pablo Genovés, su coordinador.
Este
servicio funciona de madrugada, en horario nocturno (de 22 a 7 horas) y
ha sido creado para ofrecer asistencia religiosa católica de urgencia, como es
administrar el sacramento de la unción de enfermos o atender a personas con una
grave enfermedad o en el momento de la muerte.
En
estos dos días de funcionamiento han atendido a un par de personas, pero no
porque se estuvieran muriendo. “No solicitaron el sacramento de la unción de
enfermos, pero necesitaban nuestra ayuda de manera urgente y grave.
Requerían un acompañamiento por una situación de urgencia vital”, describe el
padre Pablo Genovés a Religión Confidencial.
“Estas
dos personas quisieron hablar con urgencia con un sacerdote y
llamaron de madrugada. El sacerdote de guardia se personó para acompañarle y
escucharle. Incluso el cura sugirió a una de ellas que llamara también a un
médico y así lo hicieron”, explica Genovés.
Pedir un sacerdote a
cualquier hora
El
hecho de que estas dos personas solicitaran el servicio de un sacerdote como
persona de referencia, en una sociedad tan secularizada como la actual en la
que la imagen de los sacerdotes está bajo mínimos, es un hecho
llamativo.
“Al
poner en marcha este servicio, no sabíamos muy bien con qué nos íbamos a
encontrar, pero intuíamos que no se reduciría solo a administrar el sacramento
de la unción de enfermos ante una muerte inminente”, explica el coordinador del
SARCU. Las personas que llamen a este servicio, recibirán posteriormente
un seguimiento pastoral. Su atención espiritual no se quedará solo en la
urgencia.
Lo
cierto es que cualquier católico tiene el derecho y hasta la obligación de
pedir un sacerdote a cualquier hora ante una enfermedad grave o la
proximidad a la muerte para recibir la unción de enfermos. Pero si es imposible
localizar al cura de la parroquia, hospital o residencia de ancianos, este
servicio de la diócesis de Madrid está disponible para ellos.
El
SARCU está formado por 47 sacerdotes y los dos obispos de Madrid, el
cardenal Osoro y el auxiliar, Juan Antonio Martínez Camino. Están mjy en
contacto con los religiosos camilos. “Cada noche le toca a un sacerdote
quedarse de guardia, en su propia casa o parroquia, y el teléfono se deriva al
suyo. Tanto el sacerdote como su acompañante, están listos para acudir a
cualquier emergencia”, explica Genovés.
Acudir de dos en dos
El
sacerdote coordinador del SARCU revela que los sacerdotes no acuden solos a las
visitas, sino que cada uno va con un acompañante por varias razones: “En
primer lugar por seguridad y para ayudar para encontrar, por ejemplo,
alguna calle. Pero sobre todo porque, al presentarse dos personas en la casa
del necesitado, mostramos la imagen de comunidad de la Iglesia”. Como
novedad es que la mayoría de estos acompañantes son laicos y religiosas.
Miedo a la unción de enfermos
Pablo
Genovés es consciente que en la sociedad actual se tiene miedo a recibir la
unción. Sin embargo, los enfermos suelen aceptar y pedir con naturalidad este
sacramento, pero muchos familiares lo rechazan porque ´no vaya a ser que
se asusta mi madre o madre`”, explica Pablo Genovés.
El
sacerdote recuerda que el sacramento ya no se llama “extremaunción” sino
unción de enfermos y las oraciones “son preciosas. Están pensados para dar paz
y serenidad”, afirma.
Francisco instauró este
servicio
La
primera persona que puso en marcha este servicio fue el papa Francisco en
diócesis argentina cuando atendía como el padre Jorge, apunta Genovés a
RC.
“Una
señora se acercó a Francisco un tanto disgustada y le comunicó que había
requerido de una sacerdote de madrugada para su marido enfermo y que no lo
había encontrado. El padre Jorge le escuchó y fue el primer en crear este
servicio. Esta historia se la contaron al arzobispo de Madrid durante la pasada
JMJ en Cracovia. La comentó a sus colaboradores y se pusieron manos a la
obra.
Cómo funciona
La
archidiócesis de Madrid explica cómo funciona este servicio en su página
web. Si alguna persona necesita urgentemente un sacerdote de 22 horas
a 7 de la mañana tiene que llamar al 913 717 717 (fuera de esas
horas, el servicio está inactivo). El sacerdote se personará para acompañar
pastoral y evangélicamente la situación que lo requiera.
Se
requiere que, efectivamente, se trate de una situación urgente. Si el problema
es genérico, es mejor esperar a que sea de día y acudir a cualquier iglesia. Si
necesita que se atienda a un enfermo en un hospital público (y en algunas
clínicas privadas), hay que dirigirse a las enfermeras que estén de noche
pues hay capellanes de guardia.
Los
sacerdotes que quieran apuntarse para colaborar pueden ponerse en contacto
con la Secretaría de la Vicaría de Pastoral Social e Innovación en el teléfono
91 454 64 22.
Fuente:
ReligionConfidencial