El Prelado señaló que
“quizás en algunos años” los cristianos podrán regresar a Mosul
Mons.
Youhanna Boutros Moshe, Arzobispo siro-católico de Mosul, en Irak, destacó que,
más allá de las armas, cristianos y musulmanes “debemos ser capaces de vivir
juntos”.
En
declaraciones para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN),
Mons. Boutros Moshe dijo que ante “la peculiar ideología de estos grupos
yihadistas, uno tiene que entender que la guerra no es una solución”.
“Tenemos
que ser capaces de vivir juntos. Siempre hemos vivido juntos y y esto nunca fue
un problema”, dijo.
El
9 de julio de este año, después de ocho meses de un esfuerzo conjunto del
ejército iraquí y la milicia peshmerga kurda, Mosul fue liberada del control
del Estado Islámico (ISIS), grupo terrorista que tomó la ciudad en 2014.
Para
el Arzobispo siro-católico de Mosul, “estos eventos recientes han dado lugar a
una gran esperanza: que la vida comenzará
de nuevo y que la gente aprenderá cómo vivir juntos”.
“Todos
estamos enfermos de la guerra. Se han luchado guerras en Irak por temporadas
desde 1958. Tenemos que aprender ahora a vivir en paz”, subrayó.
Mons.
Boutros Moshe subrayó que la caída del Estado Islámico en Mosul fue “un signo
de esperanza para nosotros, los cristianos”.
“Para
nosotros cristianos siro-católicos en Irak, la liberación es por supuesto una
causa de gran alegría porque la mayor parte de mi diócesis es comprendida por
Mosul y Qaraqosh y los alrededores”.
“Hoy
Mosul está completamente destruida. Oficialmente, todas las partes de la ciudad
han sido liberadas, aunque aún hay militantes (del ISIS) escondiéndose en
algunos lugares. Pero pronto serán encontrados y capturados”.
El
Prelado señaló que “quizás en algunos años” los cristianos podrán regresar a
Mosul. “La gente podrá regresar de tiempo en tiempo para ver sus casas,
pero por el momento uno no puede quedarse permanentemente en Mosul”,
señaló.
“Sin
embargo, muchas personas pueden regresar a las planicies del Nínive. Un buen
número de familias ya han llegado ahí. Algunos han encontrado trabajo o
comensado restaurantes, tiendas y negocios. ¡Se necesita mucho valor comenzar
de cero de nuevo!”.
El
Arzobispo expresó además su agradecimiento a los donantes de occidente, pues
“su presencia se siente siempre entre nosotros y nuestra diáspora”.
“Con
su apoyo, seremos capaces de reconstruir nuestras casas. Es una gran
misericordia que podamos contar con su ayuda”, dijo.
“Después
de todo, los siro-católicos fuimos el grupo más golpeado. Representan el
60% de aquellos que huyeron de las planicies del Nínive en el verano de 2014,
cuando ISIS invadió la región. Pero siempre habrá ayuda”, indicó.
ACN
estima que aún hay 14 mil familias –alrededor de 90 mil personas– que huyeron de
Mosul y las planicies del Nínive viviendo como refugiados en Erbil, en el
Kurdistán iraquí, y casi 13 mil casas las que tienen que ser reparadas o
reconstruidas.
Desde
que comenzó la crisis en la región, ACN ha provisto de diversas ayudas a los
cristianos perseguidos en la región, sumando alrededor de 35 millones de
dólares, que incluyen alimentos, educación, vivienda, ayuda pastoral y para la
reconstrucción.
Fuente:
ACI Prensa